lunes, diciembre 05, 2016

El sueño dorado de una prostituta

El sueño dorado de una prostituta
¿Por qué en Cuba vender el cuerpo da estatus social?
Lunes, diciembre 5, 2016 | Gladys Linares

LA HABANA, Cuba.- No recuerdo con exactitud cuánto tiempo ha
transcurrido desde que no veía a Cristina, pero deben de haber pasado
más de tres años, porque hoy, cuando la vi en casa de una amiga en común
y le pregunté por la hija que tantos dolores de cabeza le daba, me
respondió muy contenta: "Está bien, tranquila, se casó y tiene un niño,
que pronto cumplirá dos años".

Cuando la hija de Cristina cumplió 16 años y estaba estudiando en el
preuniversitario, comenzó a cambiar radicalmente. Al principio inventaba
que iba a estudiar con unos compañeritos del aula, y llegaba tarde o se
quedaba a dormir en casa de alguna amiguita. Así fue poco a poco, hasta
que dejó de venir algunas noches, aunque seguía en el pre y según
algunos maestros era buena alumna.

Luego dejó la escuela y comenzó a desaparecer con más frecuencia,
algunas veces hasta una semana. Desesperada, la madre salía a buscarla y
acudió a todos los métodos para disciplinarla, desde la persuasión a la
violencia, pero sin resultados. Según asegura una amiga, la joven le
dijo que no seguiría estudiando porque por mucho que se graduara, no iba
a resolver sus necesidades económicas, y que lo que ella necesitaba era
"un yuma para vivir bien".

Entre sus clientes se encontraba un español que le triplicaba la edad.
Este señor quiso conocer a su mamá y venía a recogerla a la casa. La
muchacha quedó embarazada. El español le reparó la casa, que estaba en
muy malas condiciones. Cuando nació el niño, se casó con ella y desde
entonces viene con más frecuencia. La llevó a vivir un tiempo a España,
pero ella no se adaptó. Allá vive la familia de él, sus hijos, sus
nietos -por cierto bastante mayores que ella-, y no se siente bien entre
ellos.

Entonces, él le compró una mansión en la Víbora, en la avenida Santa
Catalina. Tiene terreno con árboles frutales, piscina, criados y sereno.
El español compró hasta un carro para cuando está en Cuba, y para cuando
el marido no está, ella tiene su "chofer".

Aunque no puedo pensar que eso es lo que Cristina como madre hubiera
querido para su hija, lo cierto es que al menos la joven ya no pasa las
madrugadas en las calles al acecho de un cliente, extorsionada por
proxenetas o policías o arriesgándose a ser encarcelada en cualquier
momento.

Esta historia de vida de una jinetera no será la más feliz, pero en la
Cuba actual, este ha llegado a ser el sueño dorado de una prostituta.
Tampoco es la excepción: muchas jóvenes acuden a la profesión más
antigua para salir de la miseria y el desamparo en que se encuentra
nuestra población.

Durante años, Fidel Castro vociferó que la revolución había acabado con
el juego y la prostitución, "lacras de la sociedad capitalista", aunque
más tarde se vio obligado a reconocer públicamente su existencia:
"Nuestras prostitutas son las más sanas e instruidas del mundo" (lo cual
además es mentira).

Y es que con la crisis económica iniciada en los años 90, el llamado
periodo especial, la prostitución (jineteras) se propagó como pólvora.
Hoy, miles y miles de jóvenes en todo el país acuden a esta práctica en
busca de satisfacer sus necesidades económicas y/o sus urgencias
migratorias. Asombrosamente, las jineteras no son mal vistas por un
amplio sector de la población, sino en muchos casos admiradas, pues en
general ostentan un nivel de vida más alto de lo que en Cuba es posible
alcanzar con un salario.

Source: El sueño dorado de una prostituta | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/el-sueno-dorado-de-una-prostituta/

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