jueves, diciembre 01, 2016

De las prohibiciones al olvido

De las prohibiciones al olvido
La Habana se levanta del luto impuesto
Miércoles, noviembre 30, 2016 | CubaNet

LA HABANA, Cuba.- Como todos los días, Natacha caminaba con los
audífonos puestos hacia la escuela. Un policía se le acercó y, "de forma
amable", según describe ella, le pidió que dejara de escuchar música,
mientras le sacaba los audífonos de sus oídos.

A un chofer de taxi le sucedió algo similar. Sin cometer infracción
alguna, su auto fue detenido por la policía. El motivo: tenía que apagar
el reproductor de música.

Alberto y su piquete todos los días se reúnen en una esquina habanera
para "drinquear" (beber alcohol). Durante el luto nacional, se
abstuvieron por 48 horas, sin comprar cajitas de ron "Plancha´o" por la
prohibición de la venta de alcohol. Habituales al fin, descubrieron que
de manera furtiva existían cafeterías que venden las cajitas con dos
requisitos fáciles de cumplir: hacer el pedido en susurro y llevar un
bolso para ocultar el producto.

Pese al llanto suplicante de su hijo, Ana María no se atrevió a ponerle
su película favorita, "Madagascar 2". Para hacerlo tendría que pasar el
televisor hacia el cuarto, pero el equipo está enclavado en un soporte
dentro de la sala.

"Imagínate, mi sala da a la calle. ¿Te imaginas esos animales cantando
'quiero mover el bote'?", dijo.

Los devotos de Santa Bárbara se preguntan de qué forma podrán celebrar
con fiestas religiosas la víspera del próximo 4 de diciembre.

Nueve días de luto es demasiado para la costumbre cubana de vincularlo
todo a las bebidas alcohólicas y la música. A fin de cuentas, durante
más de medio siglo el ron y la rumba matizan las convocatorias del
gobierno, ya sean políticas o culturales.

Estrategas en violar las prohibiciones, tras días de luto los cubanos
han buscado la manera de continuar con sus costumbres. La demanda del
"paquete semanal" se ha elevado, y quienes se arriesgan aprovechan las
jornadas de duelo para lucrar con la ley seca.

Hoy La Habana ha terminado de rendir honores a Fidel Castro. El cortejo
fúnebre salió hacia el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de
Cuba, donde se dará sepultura al exmandatario, y aunque no se levantará
la ley seca o el silencio musical, ni se reiniciaran las transmisiones
de los programas infantiles, se palpa el momento de relajación que exige
el pulso capitalino.

Aunque resulte increíble, al filo de la media mañana, cuando la caravana
fúnebre entraba a la provincia de Matanzas, La Habana comenzó a escuchar
una vez más sus atormentantes ruidos: el claxon de las guaguas, las
conversaciones de esquina a esquina y el ruido de los autos clásicos con
motores improvisados.

La ciudad se levanta del luto, obligado o no. Lo hace lentamente y con
timidez porque no conoce los límites que le impondrán. Con ese mismo
ritmo caminará hacia el olvido, y del olvido hacia una nueva era, que
los fidelistas se niegan abandonar por el momento.

Source: De las prohibiciones al olvido | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/de-las-prohibiciones-al-olvido/

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