miércoles, febrero 24, 2016

Obama a Cuba - la “guerra” terminó

Obama a Cuba: la "guerra" terminó
¿Con qué opositores se reunirá Obama? ¿Quedarán fuera aquellos que han
criticado severamente la aproximación entre los dos países o estarán todos?
Rui Ferreira, Miami | 23/02/2016 4:28 pm

El viaje en marzo de Barack Obama a Cuba es de ese tipo de gesto
político que todo presidente anhela en cualquier momento de su mandato.
Richard Nixon lo tuvo en 1969, cuando fue a Beijing, y en 1973, cuando
desembarcó en Moscú. Después de todo, el viaje —y la normalización de
relaciones— quedará para siempre como un legado del primer presidente
afroamericano, y no tiene ya marcha atrás.
Pero en este caso adquiere una dimensión particular porque Obama parece
que ha querido dejar bien puntualizado que su visita debe ser el inicio
de una profundización de los lazos bilaterales, y para Estados Unidos es
la evolución natural de una política de buena vecindad, que el
mandatario ha implantado muy discretamente, desde que llegó a la Casa
Blanca en 2009. Primero México, después Centroamérica, El Caribe,
Venezuela y el Cono Sur. Cuba era la última asignatura regional pendiente.
¿Qué busca Obama en La Habana? Varias cosas. En primer lugar,
tranquilidad. Las relaciones modernas entre los dos países se han
caracterizado siempre por una enemistad y retórica política, aunque no
necesariamente por parte del pueblo. En estos casi 60 años de comunismo
en la Isla, el vecino del norte nunca han dejado de ser popular entre
los cubanos, y esta visita —han dicho varios asesores de su entorno en
los últimos días— es una forma de asegurar al Gobierno cubano de que
Estados Unidos confía en su palabra para asumir los acuerdos alcanzados.
Es también un modo de afianzar que Washington está dispuesto a facilitar
la reconstrucción de la mayor isla del Caribe y quiere ser un
protagonista de esa evolución.
Pero es también una forma de garantizar una relación pacífica con el
resto del continente, la mayoría de cuyos gobiernos, en los últimos 15
años, tuvieron la tendencia de alinearse con la Isla en contra de las
políticas de Washington. Y, por carambola, al desembarcar en el
aeropuerto José Martí Obama estará mostrando de que la animosidad es
cosa del pasado, pero las críticas no han desaparecido.
Obama sabe bien que Cuba tiene un historial de irrespeto por los
derechos humanos y por ello ha solicitado reunirse con la "sociedad
civil". Entiéndase que en este caso no se refiere a las llamadas
organizaciones de masas, que se mueven en la órbita del Gobierno, sino a
los opositores. Fue, de hecho, una de sus condiciones cuando en
diciembre dio claramente a entender que quería viajar a Cuba. La duda
es: ¿con qué opositores se reunirá? ¿Quedarán fuera aquellos que han
criticado severamente la aproximación entre los dos países o estarán todos?
La reanudación de relaciones es —y quizá este es un punto importante que
el mandatario quiere dejar claro— un cambio radical en el
relacionamiento común. Ahora las cosas son de Estado a Estado y, de
cierta forma, la oposición ha quedado en la cuerda floja. No es que el
tema de los derechos humanos y políticos haya quedado apartado, sino que
para Estados Unidos es más importante su influencia en la Isla y su futuro.
Al contrario de otros tipos de aproximaciones como esta, el viaje de
Obama no es la antesala del desembarco de los empresarios e
inversionistas —estos hace meses que están volando y iniciando contactos
de negocios—, sino la confirmación a las autoridades y pueblo cubano de
que la administración estadounidense no va a ocasionarle problemas. Hay
cosas que aunque sean evidentes necesitan de un gesto público.
Pero el viaje de Obama también encierra otra valoración, que el
Presidente como experimentado activista social sabe que es capital. El
viaje es, y no subliminalmente, la confirmación oficial de que la
política de aislamiento de cinco décadas no ha dado resultado y quiere
que el pueblo cubano entienda que esa es la percepción en Washington.
Los cubanos y estadounidenses se conocen bien, de hecho nunca dejaron de
conversar en público o privado, pero un viaje presidencial es la forma
de sellar ese pacto. De reforzar esa percepción.
Un detalle interesante. Todavía no se conoce el programa de la visita.
Pero se sabe que el mandatario quiere viajar a Santiago de Cuba y de ahí
al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, una peregrinación que
le entra directo al corazón de los cubanos. Las conversaciones con el
mandatario Raúl Castro y el Gobierno serán importantes pero esta visita
no es para eso, sino para decirles a los cubanos que la "guerra" se ha
acabado y no volverá a existir.
A su vez, tampoco resolverá los mayores escollos, que son el embargo
comercial a la Isla, la existencia de la Ley de Ajuste Cubano o la
devolución de la Base de Guantánamo. Los dos primeros dependen del
Congreso donde, al parecer, Obama todavía no cuenta con el apoyo
necesario. Pero el tercero se resuelve apenas con conversaciones
técnicas, porque la marina estadounidense se encuentra en esa región del
sudeste cubano en virtud de un acuerdo bilateral que hasta ahora no ha
sido repudiado. Criticado, pero no anulado.
"Sabemos que los cambios no serán de un día para el otro, pero hay que
comenzar", dicen los asesores de Obama. Y a eso va el Presidente a la
isla, a influenciar para lograr algunos cambios y jamás lo haría si no
creyera en que no solo son posibles sino inevitables.

Source: Obama a Cuba: la "guerra" terminó - Artículos - Opinión - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/obama-a-cuba-la-guerra-termino-324888

No hay comentarios.: