sábado, diciembre 15, 2012

Los negros: ¿tropas de choque de la dictadura?

Los negros: ¿tropas de choque de la dictadura?
Lunes, Diciembre 10, 2012 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Para decir hoy que nuestra
dictadura tiene en los cubanos negros un seguro ejército, dispuesto a
defenderla, no sólo se necesita estar ciego y sordo. También hay que
tener el discernimiento de un mosquito, o en el mejor de los casos el de
un humano envilecido hasta la atrofia por los prejuicios y la mala leche.

Atenerse a la condición de mulatos de algunos de los esbirros de la
bestial Sección 21, de la Seguridad del Estado. Ponerse a contar a
negros y mestizos entre los infelices guajiritos con que hoy se engrosan
las filas de la policía habanera. Entresacar, estrecha y
prejuiciadamente, la presencia de descendientes de esclavos entre las
miserables huestes de los mítines de repudio… Además de ser un modo bien
frívolo de interpretar nuestra tragedia nacional, es también hacerle el
juego al régimen, que nos prefiere discordes y desunidos.

Si hay cubanos blancos yo debo ser daltónico, porque el más claro color
de piel que percibo en mi entorno es el cetrino. En todo caso, nuestra
pretendida blancura no sólo está felizmente contaminada por la historia,
sino además lastrada por oscuros resabios que se destilan desde el
interior, como en los calamares.

Para casi todo cuanto hacemos, en especial lo malo, creemos encontrar
explicaciones en la pigmentación del pellejo. Antiquísimos desvaríos
verbales del tipo: "ah, tenía que ser negro", o "parece mentira que sea
blanco", continúan imponiendo su tara en nuestro hablar común, sin que
nos percatemos de que por conducto de la sandez, ridiculizan a sus
propios propagadores.

Y ahora, para colmo, trasladamos ese simplismo racista a nuestro drama
político.

Una porción nada despreciable entre los filósofos del café con leche se
ha dado a destrenzar la teoría de que las fuerzas represivas de la
dictadura tienen en los negros la carne de cañón que necesitan para
apuntalar su corrupto dominio.

Argumentan que la mayoría de los negros y mestizos de la Isla no
trabajan ni estudian, no tienen ambición de progreso, ni mayores
perspectivas que vivir del robo y de las acciones marginales más
diversas. Entonces –dicen- ya que en ningún otro sistema van a disponer
de condiciones tan propicias para su "proyecto de vida", se supone que
les sobren motivos para defender al régimen.

Es una maligna idiotez, un supuesto obtuso, montado sobre otros
supuestos que rayan lo enfermizo. Incluso, a fuerza de ignorar las leyes
de la historia, debe resultar de muy difícil comprensión para quienes
nos observan desde el exterior.

Pero el supuesto existe. Y no sólo. Está bien extendido, sobre todo
entre cierto sector de nuestra población, curiosamente el de la gente de
solvencia económica más o menos desahogada (por lo general blancos, o
sea cetrinos), que son, ni más ni menos, los que más razones acumulan
para apoyar a la dictadura y, de hecho, casi los únicos que la apoyan en
la práctica, queriéndolo o no.

Todavía más, es previsible que dentro de la propia estructura de poder
del régimen haya varios equivocados que igual sustenten esa falacia del
apoyo de los negros. Y es que la mentalidad de patriarcas esclavistas
con discurso benefactor (aunque nunca pasaran mucho más allá del
discurso) que han exhibido los del régimen con respecto a los negros,
les inclina a creer que éstos son (están obligados a ser) sus eternos
deudores y sus más leales servidores.

Es un error de cálculo, igualmente montado sobre otros errores, en
particular el de no querer ver las cosas como son sino como les resulta
conveniente verlas. Lo único que parece quedar claro es que el régimen
le debe muchísimo más a los cubanos negros que éstos a él. Pero también
se trata de una verdad de Perogrullo, tan a la vista como el hecho de
que a la altura de nuestros días nadie en Cuba ha resultado más
desatendido y aun más perjudicado que los negros.

No en balde es tan sencillo comprobar la presencia –numerosa, tal vez
mayoritaria- de negros y mestizos en las filas de la disidencia y de la
oposición pacífica interna. Eso, por no repetir una vez más que son los
que aquí llenan las cárceles.

Por lo demás, en el tal "proyecto de vida" que implica no trabajar e ir
sobreviviendo al margen de la ley (la mala ley del régimen), hemos
estado y aun estamos enredados casi todos los cubanos, sea cual fuere el
matiz de nuestra piel.

La vida, por llamarle de alguna manera, no nos ha permitido escoger.
Mucho menos debiera permitirnos establecer diferencias cretinas y
peligrosamente fratricidas.

http://www.cubanet.org/articulos/los-negros-%c2%bftropas-de-choque-de-la-dictadura/

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