martes, diciembre 18, 2012

Frutales mutantes para crecer en suelos salinos

CUBA

Frutales mutantes para crecer en suelos salinos
Por Ivet González

LA HABANA, dic (IPS) - En algunas partes del año llega a verse una capa
de sal sobre los suelos de zonas del oriente cubano, que dificulta o
imposibilita la agricultura. El agrónomo Orlando Coto vio ese panorama
con sus propios ojos, por eso busca frutales resistentes a la salinidad.

"Las principales causas de este fenómeno se asocian al cambio climático,
como la sequía y las penetraciones del mar", explicó Coto, del estatal
Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical (IIFT). "Hay que
buscar alternativas más rápidas a las vías tradicionales de
fitomejoramiento para enfrentar este problema", dijo.

Este científico, también profesor universitario, conversó con IPS sobre
el alcance de los suelos salinos en Cuba y un proyecto de mutación
inducida para lograr cultivares de aguacate y cítricos más resistentes,
que brinden frutos para la mesa de las familias isleñas en condiciones
más hostiles.

IPS: ¿Qué es la salinización de los suelos? ¿Qué causas la provocan?

ORLANDO COTO: Es la concentración de sal en el suelo, un problema
complejo y de múltiples causas. Puede originarla, entre otras, la
sequía, ya sea por escasez de lluvias o por las altas temperaturas, las
penetraciones del mar en zonas bajas, la disponibilidad de nutrientes en
el suelo y la contaminación del manto freático producto del abuso de los
agroquímicos.

En el caso de Cuba, las principales causas de suelos salinos son la
extensión de los períodos secos y la intrusión del agua de mar, factores
asociados al cambio climático. En la medida en que hay menos agua
disponible en el suelo, aumenta la concentración de compuestos como el
sodio y el cloro (que forman la sal), que por separado integran la
tierra de forma natural.

Por esa razón, serán bien recibidos por todos los productores nuevos
cultivares de todo tipo, en especial de frutales, que sean resistentes a
la salinidad y la sequía. Estos van a permitir el ahorro y otros manejos
del riego.

IPS: ¿Cuáles son las zonas de Cuba más azotadas por este fenómeno?

OC: Toda la franja sur de Guantánamo (al sudeste de La Habana) lo
presenta a causa de la sequía y por ser muy baja, el agua de mar penetra
por el manto freático. Asimismo, todo el sur del oriente cubano es seco
y, por tanto, tiende a elevarse la salinidad.

En el país no tenemos un lugar extremadamente seco o salino. Aquellos
que más se acercan a esto son la parte ya mencionada de Guantánamo y la
región del norte de Santa Clara (al este de la capital cubana). Esta
última tiene un tipo de arcilla en los suelos que provoca grumos y estos
evitan que las plantas absorban bien el agua y los nutrientes.

En los años 90 participé en un estudio multidisciplinario realizado en
el sur guantanamero, donde se detectaron cambios muy rápidos en la
salinidad del suelo y, en un área reducida, se encontraron
concentraciones de sal muy diferentes, es decir, contrastantes.

IPS: ¿Qué retos le plantea esa realidad tan cambiante a las
investigaciones por nuevas variedades resistentes a la salinidad y la
sequía?

OC: Cada vez cobra más fuerza la llamada agricultura de precisión, que
consiste en aplicar todos los avances científico-técnicos en lugares
mucho más localizados para obtener resultados específicos para pequeños
productores o empresas agrícolas.

Por otra parte, la ciencia requiere de un tiempo más prolongado para
arribar a soluciones, mientras se aceleran los cambios y los efectos del
cambio climático en los campos de cultivos.

IPS: ¿Qué implica la búsqueda de especies más resistentes en el caso de
frutales?

OC: Los frutales tienen determinados requerimientos. Es casi imposible
realizar cruzamientos, por limitaciones biológicas, como sí se puede
hacer en las hortalizas. Además, tienen un período juvenil muy extenso.
Se obtienen producciones de naranja o aguacate tras un promedio de tres
a cinco años.

Solo después de obtener tres generaciones (in vitro o en campo), donde
se transmita la resistencia, se puede asegurar que se encontró un nuevo
cultivar. En el IIFT estamos experimentando desde la década pasada con
la irradiación de semillas de aguacate y su propagación in vitro, a
través de un método que busca acelerar los programas de mejoramiento de
frutales.

IPS: ¿Cuáles son las metas del estudio? ¿Quiénes participan en él?

OC: Trabajamos desde 2000 con el Centro de Aplicaciones Tecnológicas y
Desarrollo Nuclear y el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, entre
otros de Cuba, y con el financiamiento del Organismo Internacional de
Energía Atómica, que apoya la búsqueda de soluciones en la agricultura
frente al cambio climático, en específico a la sequía y la salinidad.

Comenzamos con la irradiación de semillas de aguacate, para obtener
posibles mutantes resistentes a la sequía, salinidad y una enfermedad
(Phytophthora, provocada por un grupo de patógenos que atacan las
plantas), que afecta las raíces y el tronco de este y otros frutales
como el papayo y el naranjo.

Escogimos al único tipo de patrón (cultivar base para realizar los
injertos) aguacatero que se utiliza comercialmente en Cuba. Últimamente
incorporamos a los cítricos en la investigación que aplica técnicas de
mutación inducida.

IPS: ¿Cuánto han avanzado? ¿Qué tiempo les falta para concluir?

OC: Ha sido un proceso largo, pero ya tenemos la dosis letal media de
radiación a aplicar en las semillas y yemas, a la vez que ajustamos a
nuestras condiciones una metodología internacional para el mejoramiento
de aguacate.

Establecimos un sistema de selección in vitro, donde simulamos las
condiciones de sequía y salinidad media que, por ejemplo, presentan
algunos suelos del sur de Guantánamo.

Se obtuvo un grupo de posibles mutantes de interés –en fase de estudio
actualmente– que en condiciones in vitro mostraron determinados niveles
de tolerancia a la salinidad. Pero aún se requiere de al menos siete
años más para obtener un cultivar.

IPS: ¿Qué problemas a solucionar identifica su centro para que Cuba
logre suplir la demanda de frutas de su población?

OC: El principal problema es la disponibilidad de posturas de alta
calidad y certificadas para toda la comunidad de productores. También se
necesita difundir más conocimientos sobre su cultivo a través de
folletos y materiales impresos, a los que pueda acceder mejor el
campesinado.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102102

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