jueves, diciembre 06, 2012

China, Cuba y el Internet

China, Cuba y el Internet
Jueves, Diciembre 6, 2012 | Por Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Probablemente los que
visitan Cuba no imaginan que comenzada la segunda década del siglo XXI,
la revolución del conocimiento aportada por Internet no haya llegado a
los hogares cubanos, ni siquiera en la capital. En cualquier lugar del
mundo es práctica habitual que la mayoría de la gente acceda a Internet
libremente desde sus casas.

A pesar de que hace más de un año fue tendido el muy publicitado cable
de fibra óptica, procedente de Venezuela, que supuestamente serviría
para acelerar la velocidad de la conexión, ni siquiera en los mejores
hoteles habaneros hay la conexión es rápida, a no ser que
excepcionalmente el gobierno autorice brindar un mejor servicio para
impactar a los extranjeros. Navegar la red, en los escasos lugares
permitidos a los nacionales, es astronómicamente caro; tanto que una
hora de conexión puede costar el equivalente a una semana de sueldo de
un profesional, y muchos sitios web están censurados.

La empresa estatal ETECSA, que monopoliza el servicio de Internet,
informa que "el servicio de acceso a Internet se oferta a personas
jurídicas y a personas naturales extranjeras con residencia temporal o
permanente en Cuba. Por el momento este servicio no se oferta a las
personas naturales cubanas o extranjeras residentes en el exterior que
vengan de turismo a la isla, estas deben acudir a las salas de
navegación, ni al sector residencial cubano".

Desde sus hogares pueden acceder a redes de intranet, a través de la
línea telefónica, algunas personas autorizadas de las esferas cultural,
médica, científica y académica, con limitaciones de sitios y temas
censurados. En La Habana y las capitales de provincia hay algunas
oficinas que ofrecen servicio de correo electrónico, cobrado en divisas.
Con el panorama antes descrito, es lógico que la mayoría de los
cubanos, incluidos muchos jóvenes y profesionales, no entienda bien como
funciona la red, ni siquiera lo que es un blog, Facebook o Twitter. De
Internet solo saben que, según nos dice el gobierno, "el bloqueo
norteamericano" -¡no faltaba más!- tiene la culpa de que los cubanos no
lo puedan utilizar; al igual que tiene la culpa de todas nuestros problemas.

A pesar de las estrechas relaciones que mantienen con China, las
autoridades cubanas procuran que en la Isla no se conozca el auge de
Internet en el gigante asiático, ni que -a pesar de la censura que el
gobierno chino impone- esa maravilla tecnológica está jugando un
creciente papel en las demandas ciudadanas de los chinos y su acceso a
la información, el conocimiento y el desarrollo mundial. Ciertamente no
puede pensarse que los comunistas chinos buscaran una apertura
democrática, cuando decidieron permitir que el pueblo navegara por la
red. Probablemente la decisión de realizar amplias reformas económicas
hace treinta años, que posibilitó la pujanza actual, con creciente
participación de la iniciativa privada, les hizo eventualmente
imprescindible la necesidad de facilitar la conexión a través de la red
de los actores nacionales y con el exterior, a pesar de los peligros que
el flujo de información acarrea para cualquier dictadura. O sea, los
comunistas chinos comprendieron que sin que la población tuviera acceso
a Internet, no podrían desarrollar la economía y tuvieron que correr el
riesgo.

A medida que se expandieron las empresas extranjeras en el país y
comenzaron a surgir los empresarios chinos, algunos con enormes
fortunas, el Partido Comunista Chino acogió a los millonarios en sus
filas y a permitir que se generalizara el acceso de la población a Internet.

Sin embargo, el acceso a Internet bajo la dictadura china no ha estado
exento de trágicas consecuencias; como el caso del disidente Wang
Xiaoning, enviado a prisión en abril de 2002 y liberado en 2012, debido
a que el gigante de Internet norteamericano Yahoo cedió a la presión del
gobierno y le entregó información sobre sus correos electrónicos. Esos
correos entregados por Yahoo fueron las "pruebas" incriminatorias que lo
llevaron a prisión por "incitar a la subversión". En 2005 -también con
la colaboración de Yahoo, que facilitó las pruebas al gobierno chino-,
el periodista Shi Tao fue sentenciado a 10 años de prisión por enviar
emails a sitios web pro democracia en el exterior. En 2004, Microsoft
borró el blog del activista chino Michael Anti; y en 2006 Google lanzó
en China una versión censurada de su portal de búsqueda, que finalmente
decidió cerrar en 2010.

Después de haber sido blanco de muchas críticas por su actitud
colaboracionista con el régimen chino, las tres firmas actualmente son
miembros de Global Network Initiative, una organización que defiende los
principios de la libre expresión y la privacidad en la red.

Aunque el gobierno mantiene la censura en la red, actualmente más de 513
millones de usuarios disfrutan en China continental de acceso a
Internet; es decir cerca del 40% de los 1,3 mil millones de habitantes.
Twitter y Facebook están bloqueados y son suplantados oficialmente por
los microblogs, principalmente de la empresa nacional Sina Weibo que
colabora abiertamente con el gobierno en la implementación de la censura.

A pesar de la censura, los microblogers chinos crecientemente exponen
las injusticias, los desmanes de las autoridades, los problemas locales,
y medioambientales, que evidencian el aumento de la insatisfacción
ciudadana y el ansia de mayores libertades. Asimismo existe en China un
gran comercio a través de Internet, con empresas de las que sobresale
Alibaba Group, creada en 1999 por Jack Ma, actualmente uno de los
hombres más ricos del país.

Desafortunadamente, a pesar de sus múltiples afinidades, las autoridades
cubanas apuestan por imitar a sus colegas chinos en lo que respecta al
enclaustramiento y el despotismo, pero no se arriesgan con la
implementación de verdaderas reformas de apertura económica, y le temen
más aun a la apertura del acceso a la red que los cambios económicos
harían imprescindible, como ocurrió en China.

http://www.cubanet.org/articulos/china-cuba-y-el-internet/

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