Profesionales en espera de su oportunidad
Por Patricia Grogg
LA HABANA, abr (IPS) - La apertura de Cuba a la iniciativa privada aún
deja afuera a muchos profesionales que no encuentran respuesta a sus
potencialidades en áreas ajenas al Estado, aunque no pierden la
esperanza de cambios en las actuales reglas de juego.
El trabajo autónomo está encargado de ofrecer opciones para quienes
pierdan sus empleos en el "reordenamiento" laboral que lleva a cabo el
gobierno de Raúl Castro a fin de reducir el exceso de personal empleado
por el Estado y elevar la productividad del trabajo. Se supone que, al
cabo de cinco años, el sector laboral estatal se habrá reducido en más
de un millón de plazas.
Pero de las 178 labores autorizadas para ejercer de manera autónoma,
sólo dos o tres dan cabida a personas con preparación algo superior a la
media y aun así con limitaciones.
El "repasador" que imparte clases particulares, por ejemplo, no puede
integrar una plantilla de maestros en la escuela ni el "tenedor de
libros", contador o técnico medio en contabilidad con vínculo laboral en
esa especialidad.
"Cuando mencioné que soy ingeniero civil me pusieron mala cara..., y una
funcionaria me aconsejó que me pusiera a vender alimentos ligeros, que
era más lucrativo", contó una persona que se identificó como S. Piña
Basset en una carta enviada al diario oficial Granma acerca de sus
indagaciones en el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social para
conocer detalles del asunto.
Con 37 años de experiencia acumulada en el oficio, Piña Basset quería
aprovechar su oportunidad como contratista privado, única actividad que
parecía adecuarse a las posibilidades de su profesión. Es que una
investigación previa le indicó que existían mercado y posibilidades para
asociarse a varias personas y dedicarse a la construcción de viviendas u
otros proyectos afines.
Insatisfecho con la respuesta recibida en el ministerio, donde se le
aseguró que los profesionales universitarios no podían ejercer esa labor
por cuenta propia, decidió "esperar por las orientaciones y aclaraciones
que deben llegar a las entidades" responsables del caso. No fue posible
localizarlo para conocer el resultado de su espera.
Sin embargo, ante una pregunta de IPS, el viceministro del Trabajo,
Carlos Mateu, confirmó que la opción única en materia constructiva para
profesionales de ese perfil es la de contratistas privados, siempre que
los convenios "interesen" a las entidades estatales autorizadas para ese
menester, entre las que mencionó a la Oficina del Historiador de la
Ciudad de La Habana y la empresa Palco.
"Si no hay interés de tener a un contratista no se establece la
relación", recalcó Mateu, quien también aclaró que no está previsto por
ahora extender un nuevo listado de oficios y labores para ejercer de
manera autónoma o independiente del Estado.
"Si hubiera una gran cantidad de personas interesadas en una determinada
actividad se evaluaría la conveniencia de añadirla", acotó.
En el último informe brindado sobre el tema, Mateu dijo que hasta el 8
de este mes se habían registrado 201.116 nuevos cuentapropistas. Así,
sus cuentas dan que eran hasta entonces 301.033 los trabajadores
independientes, al sumarlos a los existentes según las disposiciones
anteriores al decreto que en octubre determinó ampliar las posibilidades
de trabajo no estatal.
Los oficios de mayor demanda siguen siendo elaborador de alimentos y
transportista de carga y pasajeros. También abundan los trabajadores
contratados para laborar en unas 80 actividades en que se permite esa
modalidad, como alquiler de habitaciones y pequeños restaurantes,
bautizados en Cuba como "paladares" desde su surgimiento en los años 90.
"En general, todas las actividades permitidas son muy elementales y
hasta pobres. Se desestimula el enriquecimiento personal, pero de esa
manera tampoco se crea riqueza", comentó a IPS el arquitecto Mario
Coyula, para quien "parece persistir el viejo prejuicio contra el
trabajo por cuenta propia de los profesionales".
Sin embargo, el propio desarrollo de los negocios privados necesita de
personas especializadas para el diseño y la construcción de sus
instalaciones, la mayoría de las cuales se hacen de manera espontánea,
sin control y con escasos recursos. "El resultado es un empobrecimiento
de la imagen que distorsiona a la ciudad", advirtió Coyula.
"La paradoja es que hay muchos arquitectos, retirados o no, que estarían
dispuestos a realizar los proyectos de las nuevas instalaciones y cobrar
por ellos razonablemente. Esos proyectos son tan sencillos que ninguna
empresa estatal estaría interesada en hacerlos", agregó.
En su opinión, es "una aberración que un profesional universitario se
dedique a taxista o vendedor de dulces caseros, y no pueda trabajar en
su profesión. Es más, si la eliminación de plantillas infladas se lleva
hasta el final, habrá también muchos arquitectos 'disponibles', que no
podrán trabajar por su cuenta en su profesión".
Para Coyula, "el trabajo independiente de profesionales será una
necesidad, sea individual, en equipos o en cooperativas. En mi opinión,
el gobierno debe apoyar todas las formas de crear empleos, en todos los
campos, si es que aspira a eliminar las plantillas infladas. Todo eso
exige urgentemente crear una base legal y sobre todo definir el alcance
del concepto de propiedad".
Según datos oficiales citados por investigadores, solo de 1996 a 2008 se
graduaron en el país 350.398 universitarios. En ese lapso, la cantidad
de titulados aumentó 4,7 veces más que el producto interno bruto (PIB) a
precios constantes de 1997. En tanto, la matrícula actual de los centros
superiores de enseñanza promedia el medio millón de personas.
Las actividades autorizadas son "poco intensivas en conocimiento y no
permiten aprovechar la inversión en educación que ha hecho el país por
décadas", alertó el economista Pável Vidal en una investigación a la que
IPS tuvo acceso. En ella añadió que las dificultades financieras pueden
frenar la política crediticia aprobada para el emergente sector no estatal.
La flexibilización en esta materia "tampoco permite la creación de
pequeñas y medianas empresas (pymes) con posibilidades de integrarse al
sector productivo nacional de mayor escala, ni con posibilidades de
generar fondos exportables", advirtió Vidal, para quien el desarrollo de
este tipo de gestión puede jugar un papel importante en el crecimiento
económico del país.
Por ahora, muchos profesionales decidieron mantenerse a la expectativa
de las novedades que pueden traer para ellos las leyes, resoluciones y
reglamentos que en los próximos meses deberán encauzar y ordenar los
cambios y reformas acordados en el VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba, celebrado del 16 al 19 de este mes, para modernizar el modelo
económico.
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