"Cuba carece hoy de futuro institucional y democrático; después de los
Castro, ¿el diluvio?".
21/03/2010 HIPÓLITO Gómez
Se preguntaba irónicamente cierto intelectual cuál era el secreto que
permitía a Fidel y a los suyos ganar todas las elecciones con el 90% de
los votos emitidos. Y cómo, gozando de ese aplastante apoyo popular,
mostraba tanto miedo de sus opositores, lo mismo que ahora su hermano Raúl.
Los Castro siempre estuvieron reñidos con la democracia y por eso, Cuba
lleva más de medio siglo sin elecciones libres y asiéndose a un marxismo
nacionalista incoherente, falto de toda doctrina seria que les avale.
Todos recordamos, afirmaba aquel mismo intelectual, "la simpatía
hispánica por el castrismo, que incluso fue notoria en los años del
General Franco", aunque no sin graves incidentes diplomáticos, como el
de una vez que el embajador español en La Habana (¿Lojendio?) irrumpió
en un estudio de televisión para desmentir lo que estaba diciendo Fidel
Castro.
Es aun más contradictorio que ZP persista tanto en acercarse a Cuba
entendiéndose con Raúl Castro; éste, como mandante de una Cuba oficial y
caciquil y ZP como presidente de la U.E. y ambos, desfallecientes,
aunque una cosa piense el bayo y otra quien lo monta.
Es inevitable que USA sea parte del problema porque geopolíticamente, lo
será siempre; a fines del XIX, Estados Unidos liberó a los cubanos de la
"opresión ibérica" pero los cubanos pagaron un altísimo precio,
consistente en propiciar la presencia permanente en la isla de USA que
adquirió a perpetuidad la base de Guantánamo que dejará de ser prisión
pero no de ser norteamericana. EEUU impuso allí, la impronta
estadounidense. Cuando Fidel quiso librarse de ese yugo soñó con el
imposible de que la URSS le protegiera.
Raúl Castro esperaba que ZP defendiese, como dijo, "la nueva apertura de
la U.E. hacia el régimen de Cuba", pero la realidad no ampara tan
ingenuo propósito y no parece razonable que consiga algo útil en los
tres meses que le restan de un cargo tan enflaquecido; en el fondo
(inconfesable), todo consiste en seguir dándole aire al castrismo; Cuba
carece hoy de futuro institucional y democrático. Después de los Castro,
¿el diluvio?
Es natural que la U.E. exija que el régimen cubano se transforme tras
medio siglo de autoritarismo sin sentido ni propósito alguno de
restaurar las instituciones legítimas de cualquier Estado democrático.
Pero todos sabemos, cabe que hasta ZP, que eso es imposible; en Cuba y
mientras gobiernen los castristas, la oposición carecerá de
posibilidades políticas que no sean las clandestinas.
El castrismo es hoy una opción caduca, insostenible y vieja, disfrazada
de progresista pero aparcada en vía muerta y al que pueden acabar
derribando las mismas Damas de Blanco. Esa vil oferta de canjear a cinco
agentes castrista por los setenta y cinco presos de conciencia que hay
al menos, en las cárceles de Cuba tenían que rechazarla los afectados;
contra la indignidad, dignidad.
La obediente complacencia del Gobierno ZP con el régimen cubano, raya en
el servilismo y no se sabe bien si es debido a una especie de añoranza
infantil o a una falta de convicciones firmes. Cuba necesita restablecer
unas instituciones y una política que aseguren los valores superiores de
cualquier ordenamiento jurídico como la libertad, la justicia, la
igualdad, el pluralismo político y el respeto a los derechos
fundamentales del ser humano. Los actuales y caducos dirigentes de la
isla no tienen porvenir; lo que importa es el futuro del pueblo cubano.
Necesita evolución que no revolución.
El autoaislamiento y las limitaciones que el castrismo impuso al pueblo
cubano, dañó al espíritu ciudadano y amenaza la posibilidad de alcanzar
una salida pacífica; desde luego, no sería justo que los que habitan
Cuba sufrieran carencias en asuntos tan capitales como la alimentación o
la sanidad, pongo por casos, pero la U.E. no debe prorrogar la
tolerancia sino retirar a aquellos simples tiranos la confianza que no
supieron merecer.
Recuperar en Cuba las instituciones democráticas no será sencillo y por
eso es tan acuciante empezar a hacerlo, procurando que todos los cubanos
se respeten y puedan participar, empezando por una reforma pacíficamente
política, por difícil que sea ahora restablecer allí un funcionamiento
normal de las instituciones públicas. Más difícil será hacerlo mañana.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=568392
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