Ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario
ANTONIO G. RODILES | La Habana | 29 de Octubre de 2016 - 12:10 CEST.
La votación ocurrida el pasado 26 de octubre en Naciones Unidas es un
hecho plagado de contradicciones.
Por una parte, la dictadura cubana, con su terrible historial de
violaciones de casi seis décadas, que se ha negado a ratificar los
instrumentos básicos en materia de DDHH de las Naciones Unidas, presenta
una resolución que pide el fin de lo que llama "bloqueo norteamericano",
alegando que viola los derechos de los cubanos. Un documento plagado de
cinismo, manipulaciones, medias verdades y mentiras.
Por otra, la representación de Estados Unidos, única nación que se había
mantenido acusando y sancionando al régimen por las violaciones al
derecho internacional y al de los cubanos, dentro y fuera de la isla, se
abstiene. Contradiciendo su propia ley, promulgada y sostenida por el
poder legislativo.
Es lamentable ver que quienes representan a esa gran nación han pasado
al grupo de los que prefieren mirar hacia otro lugar o hacer ligeros e
inocuos pronunciamientos, mientras acuerdan con quienes han arrasado a
nuestra tierra. Han pasado al grupo de quienes con frialdad nos llaman a
la paciencia mientras el país sigue cayendo en una crisis interminable y
los cubanos escapan en estampida.
Pero qué hay detrás de esas sanciones promulgadas por el congreso de
EEUU y de las que el actual ejecutivo reniega en su totalidad.
La ley Helms-Burton sanciona en lo político, económico y financiero a la
dictadura y codifica bajo qué condiciones se pueden levantar dichas
sanciones. Es decir, un petitorio que fija condiciones básicas para
movernos hacia la democracia y la construcción de un estado de derecho.
Es natural que un nuevo poder ejecutivo o legislativo contemple que
dicho petitorio puede tener nuevos matices, variaciones o tempos. Pero
lo que resulta inexplicable, es que la actual administración ha
establecido que, en el proceso político iniciado con el régimen, no debe
existir petitorio sino solo el otorgamiento de prebendas.
¿Cuándo y dónde ha funcionado un acuerdo, un contrato, una relación,
donde una de las partes solo tiene derechos y no deberes? Donde una de
las partes vuelve una y otra vez a reiterar, en palabras y hechos, que
no respetará las normas básicas del mundo civilizado y moderno, y sin
embargo se le tolera y premia.
Bajo la lógica de acabar con el hipotético aislamiento de EEUU, en su
política hacia la Isla, o en la búsqueda de un supuesto compromiso del
régimen, o en la falsa lógica de desmantelar las justificaciones del
castrismo, la administración norteamericana ha legitimado nuevamente al
régimen de cara a la comunidad internacional.
Un régimen de naturaleza despótica crea una y mil veces sus propias
justificaciones para seguir abusando y violentando al pueblo. Si hay
dudas, revisemos la historia.
Para lograr más aliados en el mundo democrático se necesita una política
dinámica y coherente, basada en la promoción de los principios
democráticos y los derechos fundamentales, que comprometa al resto de
las naciones y deje a un lado el relativismo que se ha impuesto en las
relaciones con la Isla.
La administración Obama está dejando a un lado los llamados de un amplio
grupo de opositores, defensores de derechos humanos, periodistas
independientes, artistas y cubanos en general, dentro y fuera de la
Isla, que claman por la solidaridad de la comunidad internacional para
frenar las violaciones sistemáticas de un régimen enemigo de la libertad
y la democracia.
¿Quién pudiera cuestionar que el futuro de Cuba debe depender
primordialmente de los cubanos? Si no estuviera convencido de esto ¿Por
qué estaría luchando?
Pero quién puede decir que no necesitamos una presión por parte de la
comunidad democrática, voces amigas y comprometidas, que le digan al
régimen que no puede continuar golpeando a seres humanos por solo decir
abierta y públicamente lo que piensan y que esas golpizas y abusos
tienen consecuencias.
Que Cuba sea una fuente de estabilidad y progreso para su gente y la
región, demanda más que frases bonitas o juegos de razonamientos.
Source: Ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario | Diario de Cuba
- http://www.diariodecuba.com/cuba/1477735814_26349.html
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