Una vida de sacrifico inútil
Decenas de cubanos que dedicaron su vida a trabajar "por la causa del
socialismo" son víctimas de la corrupción y el abandono por parte del
sistema que defendieron
jueves, noviembre 19, 2015 | Ernesto Aquino
LA HABANA, Cuba – Una cifra considerable de ciudadanos que alguna vez
apoyaron incondicionalmente el socialismo se sienten decepcionados por
toda una vida de sacrificio y consagración a una causa que ahora los
abandona a su suerte, en medio una corrupción cada vez más incontrolable.
Tal es el caso de Eduviges Margarita Padilla Cruz, de 71 años, y su
esposo Santos Eleuterio Mesa Maden, de 69, vecinos de Calle San Agustín,
número 484 bajos, entre Joaquín Delgado y Norte, Reparto Callejas,
municipio Arroyo Naranjo, La Habana.
Según refiere Padilla Cruz, "el gobierno de mi país nos ha condenado a
un litigio absurdo contra una ciudadana que está usurpando un espacio de
nuestra vivienda, reconocido legalmente en mi contrato de propiedad".
En su testimonio, la propietaria nos cuenta que "el Consejo de
Administración Municipal (CAM), del municipio Arroyo Naranjo, le otorgó
a la ciudadana Geisi La O Crespo un local que colinda con el patio de mi
vivienda, pero cuando esta persona tomó posesión de ese local se
adjudicó también la parte del terreno que ocupa mi patio. La
expropiación fue totalmente arbitraria, pero desde entonces, hace más de
dos años, me he dirigido a la Dirección Municipal de la Vivienda y a
todas las instancias del gobierno municipal y provincial reclamando mis
legítimos derechos, pero parece como si todos estuvieran de acuerdo con
la usurpadora. ¡Es inconcebible, como una pesadilla infernal!".
La señora Padilla Cruz confiesa sentirse decepcionada. "He dedicado toda
mi vida a defender a la revolución, porque he creído en la justicia del
socialismo. He trabajado muy duro como activista social para erradicar
el delito y la corrupción; y ya ves, ahora me doy cuenta que los
delincuentes están sentados en el trono de los que gobiernan. ¡Es como
para volverse loco!".
Eduviges Margarita se jubiló "mientras trabajaba en la Micro Social de
la Vivienda en el municipio 10 de Octubre". Es "coordinadora de la Zona
38 de los CDR (Comité de Defensa de la Revolución) y presidenta de
Prevención Contra el Delito de la zona 38".
Armando Tomás Suárez Padilla, de 52 años e hijo de Padilla Cruz, apuntó
que "como agravante al conflicto de la vivienda que está viviendo mi
madre, otro de los problemas que está enfrentando mi familia es que el
espacio que le han forzado a litigar a mi madre, y que se encuentra
reconocido dentro de los límites de su propiedad, está vertiendo
residuos de petróleo y aguas albañales hacia el interior de su vivienda,
lo que agrava las condiciones de salud del esposo de mi madre que hace 3
meses y medio fue operado de un tumor canceroso en la vejiga y se
encuentra en un estado bastante delicado".
Pudimos conversar con Santos Eleuterio Mesa Maden, esposo de Eduviges
Margarita, quien a pesar de su condición médica accedió a darnos su
testimonio.
"Me siento agraviado y presa de una profunda decepción", comenta Mesa
Maden. "Desde casi niño me incorporé al proceso revolucionario. Por más
de 25 años trabajé como Primer Inspector de Prevención de Incendios del
Aeropuerto José Martí, con el grado de Capitán, y después de mi retiro
pasé a laborar en la Corporación CIMEX durante 19 años, y ahora ya usted
puede ver: por una parte está el litigio absurdo que mi esposa y yo
estamos enfrentando con la vivienda porque las autoridades competentes
se niegan a hacer cumplir la ley y el derecho de propiedad que nos
asiste, y por la otra el abandono médico en que me encuentro".
Suárez Padilla apoyó el testimonio de Mesa Maden afirmando que "es
inconcebible que en el estado de salud que se encuentra el esposo de mi
madre no tenga una atención médica adecuada. La enfermera del
consultorio hay que llamarla 10 veces para que venga una y la doctora
del Médico de la Familia es como los fantasmas, que uno oye hablar de
ellos pero nunca los ve".
Mesa Maden se queja de que "la sonda que me pusieron después de la
operación solo me la han cambiado dos veces y la herida no cicatriza
porque la infección no cede. Las curas me las hace mi esposa o mi hija,
y todo el material para realizar las curaciones tenemos que conseguirlo
en el mercado negro. Es una pesadilla".
El anciano Capitán de Prevención de Incendios y su esposa, "una
cederista y activista social destacada", afirman que ellos son "dos de
los muchos ejemplos que podrían citarse de ciudadanos que hemos dedicado
toda nuestra vida a la causa de la revolución y la construcción del
socialismo y que terminamos siendo víctimas del propio sistema que hemos
defendido. Puede que ya sea demasiado tarde para arrepentirnos; pero no
para decir la verdad".
Otro caso representativo de la decepción y el hastío de quienes
dedicaron su vida a una causa que traicionó sus aspiraciones y sueños,
es el de un ex-combatiente de las guerras en África, que aceptó ofrecer
su testimonio a cambio de no revelar su identidad, y afirma que "desde
muy joven me incorporé a la lucha internacionalista, en la creencia que
estaba ayudando a la liberación de otros pueblos hermanos, y siempre
apoyé a la revolución porque sentía que era mi deber".
Continúa diciendo el hombre: "Fui un activo militante del PCC (Partido
Comunista de Cuba). Durante los más de 30 años que trabajé en el
Ministerio de Transporte; participé, incondicionalmente, en todas las
tareas que el partido me encomendó y eduqué a mis hijos para que fueran
buenos revolucionarios; pero la realidad iba quebrando, uno a uno, los
argumentos de manual de la educación revolucionaria, porque todos se
sustentaban en la mentira".
El viejo ex combatiente, de 69 años, refiere con profunda tristeza y
decepción que "lo único que conseguí fue que mi hijo, lleno de
frustraciones, realizara 14 intentos de salida ilegal del país por el
mar, rumbo a Estados Unidos, hasta que en octubre del 2001 logró salir
de Cuba en una embarcación artesanal, junto a 9 compañeros más, para
convertirse en uno más de los miles de desaparecidos tragados por el
mar. Yo, por mi parte, no soy más que otro viejo soldado que dejó de ser
útil; al que nadie visita ni recuerda. Ya sabes, otra víctima de la
ilusión y la buena fe".
Muchos son los testimonios de ex oficiales de las Fuerzas Armadas y el
Ministerio del Interior; funcionarios públicos y ciudadanos que
militaron en diferentes organizaciones revolucionarias que, junto a sus
medallas y diplomas de reconocimiento, guardan también el recuerdo de
una vida de sacrifico inútil y el viejo miedo con el que los educaron;
ese miedo que los obliga a callar como si hubieran muerto.
Source: Una vida de sacrifico inútil | Cubanet -
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