Escuelas cubanas listas, con el dinero de los padres
La TV muestra escuelas recién reparadas y bien pintadas, pero no
menciona gracias a quién
domingo, septiembre 27, 2015 | Gladys Linares
LA HABANA, Cuba – Todos los años, desde finales de agosto y hasta
mediados de septiembre, los medios oficialistas son inundados con
reportajes acerca de lo bonitas y bien reparadas que están quedando las
escuelas para comenzar el curso escolar.
Las imágenes muestran enjambres de diestros y hacendosos albañiles
dedicados a repellar y pintar paredes, poner azulejos y otras faenas
constructivas. A las cámaras no escapan, sin embargo, atareados
maestros, padres y alumnos limpiando pisos y ventanas como "trabajo
voluntario". Ese trabajo debería hacerlo –por un sueldo– el personal de
limpieza, pero entonces habría un arma menos con qué chantajear a
trabajadores y estudiantes.
Hasta ahí, todo bien. Quien no tenga hijos ni conocidos con hijos en la
primaria o la secundaria, podrá pensar que este año –a diferencia de los
cincuenta y tantos anteriores– sí que los niños y jóvenes van a sentirse
bien en la escuela. Y lo seguirá pensando hasta que una tarde se
encuentre con algún progenitor de regreso de una reunión de padres, pues
probablemente venga echando chispas. Es que esas reuniones de comienzo
de curso no son para dar información a los familiares sobre el desempeño
escolar de los niños. Por el contrario, son para pedir.
Eso manifiestan varios padres; por ejemplo, una joven cuyo hijo menor va
a la primaria Walfrido Hernández, en Tejar entre 16 y 17, Lawton, y que
me pidió no poner su nombre para no buscarle problemas al niño. "Hay que
dar un CUC por niño (25 pesos) para comprar un ventilador", me dijo,
"porque el aula es un horno. Otros años ha sido lo mismo, parece que se
rompen". Una abuela que estaba cerca intervino en la conversación: "En
el aula de mi nieta además pidieron un albañil y un plomero, para
arreglar algo en el baño".
Omar, un electricista desempleado, se mudó con su familia para La
Habana, y matriculó a su hija en el cuarto grado de la escuela más
cercana. Me cuenta que el día de la reunión de padres, además del
consabido dinero para el ventilador, le pidieron escoba, frazada de piso
y un tubo de luz fría. "Yo creía que eso era solo en Florida, pero ya
veo que aquí es lo mismo".
El problema del calor sofocante y la falta de climatización en las aulas
puede afectar el aprendizaje. Caridad, una vecina de Lawton, está
criando un nieto de ocho años. Al niño siempre le ha encantado la
escuela. Sin embargo, la semana pasada, al despertarlo, se quejó de un
gran dolor en las piernas que le impedía caminar. Caridad lo llevó al
Pediátrico de Centro Habana, donde, aunque no le notaron nada físico, le
recetaron vitaminas. A sugerencia del médico, a partir de ese día
Caridad comenzó a observar a su nieto por si era que el niño no quería
ir a la escuela. Vigilándolo escondida comprobó que el niño hasta
corría. Cuando lo increparon, el muchachito respondió: "¡Abuela, es que
en la escuela hay mucho calor y me siento mal!". Caridad asegura que en
el aula del nieto no hay ventilador desde el curso pasado.
A este mal se le suma que, como en años anteriores, el curso escolar
2015-2016 comenzó con déficit de maestros. El 30 de agosto de 2015 el
periódico Tribuna de La Habana informaba (en primera plana) que en la
capital faltan 4 387 maestros de los 23 167 necesarios. Los padres que
ya han vivido esta desagradable experiencia están preocupados, porque
como en otras ocasiones la mayoría de esas vacantes se cubrirán con
personal contratado, muchos de ellos estudiantes no vinculados a
carreras pedagógicas, o aumentará la carga docente de los educadores
(más horas de clases o más alumnos en cada aula). De cualquier manera,
se verá perjudicado el proceso docente-educativo. En el mejor de los
casos, se reincorporarán maestros jubilados.
Otro de los graves problemas que afronta la escuela cubana es la escasez
de libros, que desaparecen curso tras curso por falta de responsabilidad
(de los docentes para controlar su recogida y de los padres para
entregarlos). Con la finalidad de "recuperar el fondo bibliográfico", la
Dirección Provincial de Educación de La Habana ha organizado en cada
municipio actividades con la participación de estudiantes, profesores y
familiares encargados de rescatar la mayor cantidad de libros posible,
para que al menos haya uno por cada cuatro niños (sic).
El 1º de mayo de 2014, el Granma publicaba: "Reducción de la cifra de
estudiantes internos se revierte en ahorro", y ampliaba: "Desde el
inicio de la medida, en el 2008, se estima que se han dejado de gastar
(solamente en Pinar del Río) alrededor de 100 millones de pesos por
concepto de alimentación, base material de vida, electricidad y
transporte". Sin embargo, hasta la fecha ese dinero no se ha revertido
en mejorar la alimentación de los niños de seminternado, bastante
precaria hasta el momento, ni las condiciones materiales de las aulas
(como la propia climatización).
La TV muestra escuelas recién reparadas y bien pintadas, mientras los
padres se quejan del mal estado de estas y de cuánto tienen que aportar
–en esfuerzo y dinero– para mitigar en algo la incomodidad de sus hijos.
Source: Escuelas cubanas listas, con el dinero de los padres | Cubanet -
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