Testimonio del preso Yosvel Román Ramos
LUNES, 28 DE ABRIL DE 2014 00:39 ESCRITO POR DANIA VIRGEN GARCÍA
Cuba actualidad, San Miguel del Padrón, La Habana, (PD) Este es el
testimonio del preso Yosvel Román Ramos, integrante de la Unión
Patriótica Cubana (UNPACU), desde la prisión de Guanajay.
"¿Qué es un preso común? ¿Acaso no es todo aquel que se encuentra
privado de libertad? Sin embargo, me adelanto a los dictadores y les
digo que sí, yo soy un preso común. Pero lo que me diferencia y me
distingue dentro de la población penal, es que me opongo abiertamente al
régimen dictatorial, que tiene sumido en el dolor a nuestro pueblo.
Desde muy joven logré comprender que las cosas de mi país no estaban
bien. Considero que hasta un niño es capaz de darse cuenta, pues los
niños, al cumplir los 7 años, quedan privado de un alimento tan vital
como la leche. ¡Qué ironía! José Martí lo dejó bien claro: "los niños
son la esperanza del mundo".
Desde muy joven caí en prisión. Por aquel entonces, mi rebeldía estaba
mal encausada. No obstante, a medida que me fui adentrando en los
asuntos de la oposición interna, fui concentrando mi energía en la lucha
abierta contra los abusos cometidos dentro de las prisiones en que me he
encontrado.
A consecuencia de este drástico cambio y forma de pensar, recibí severas
e injustas condenas y severas torturas físicas y sicológicas. Tanto fue
así que encontrándome en libertad condicional, en el año 2002, fui
acusado el 10 de diciembre de haber hecho dos llamadas telefónicas, al
jefe de sector de mi localidad, amenazándolo de que lo iba a matar.
Siendo una gran mentira, ante la injusticia que se estaba cometiendo
conmigo, me les evadí del Hospital de San Cristóbal, en aquel entonces
en la provincia de Pinar del Rio, pero tanto era el ensañamiento de los
esbirros de la dictadura con mi persona, que le dijeron a mi difunta
abuela que había una orden de tirarme a matar, que era mejor que me
entregara, que mi problema se iba a resolver. Mi abuela, por preservar
mi vida, y que el problema se resolviera lo más rápido posible, me
entregó, pero como ellos son los padres de la mentira, lo que me estaban
preparando era otra jugada.
Así fui sancionado a un año de privación de libertad por evasión.
Tan solo estuve cuatro meses de libertad y empezó esta larga cadena de
causas injustas que tenían preparadas de antemano. En el año 2003 fui
nuevamente enjuiciado por el supuesto delito de desorden penitenciario.
Fui sentenciado a otro año de privación de libertad. Todo por exponer
ante mis compañeros de reclusión una verdad suprema: las constantes
violaciones de los derechos humanos.
En el 2004 fui vuelto acusar por el delito de desordenes, cuando
socorría a un recluso herido por una riña tumultuaria. La sentencia fue
de cinco años y cuatro meses. Trascurrieron tres años, donde me mantuve
firme en mis convicciones. Por ello, en el 2007 recibí una brutal
golpiza por el capitán Jorge Cruz, jefe de orden interior del penal 5 y
Medio, en la provincia de Pinar del Río. Tan grande es la desfachatez
del mal llamado sistema de justicia cubano, que se me acusó de atentado
y desacato y fui sancionados a tres años de reclusión, y transferido
nuevamente para la prisión de Taco Taco.
En el año 2008, en la prisión mencionada, por no querer cubrir mi cuerpo
con el vergonzoso uniforme color gris con los que visten a los presos,
fui agredido y golpeado hasta soltar sangre por el capitán, Duarte
Toledo, jefe de orden interior. Por mi familia acusarlo en fiscalía
militar y, yo no querer retirar la causa, me involucró en menos de un
mes, en una nueva causa con el opositor Juan Miguel Valdez Mayor, que
estaba siendo golpeado con ensañamiento, y fui nuevamente acusado, esta
vez por un tribunal militar. Me condenaron a seis años por desorden
penitenciario.
Con todo lo que me hacía la policía política y los militares de las
prisiones, no podían hacer cambiar mis ideales. Dicen que los que no
claudican tienen que estar siempre preparado para pagar el precio. Por
todo eso es que nunca han dejados de hacerme daño física y sicológicamente.
Después de cinco años de la última causa, en el 2013, me volvieron
acusar de desorden en la prisión de Guanajay, Mayabeque, donde me
encuentro ahora. Un pedazo de lata que se encontraba en el pasillo
central, frente a mi celda, dijeron que servía para una agresión. Fui
sancionado a otro año más por desorden.
Si existe alguna diferencia entre causas comunes y causas políticas,
entonces hace mucho que Yosvel Román Ramos dejo de ser preso común. Es
por ello que en mis exigencias por mi libertad inmediata me he declarado
varias veces en huelga de hambre. De hecho, en una de ellas pasé 78
días, lo que me provocó una hepatitis C y una gastritis crónica. En ese
estado fui brutamente golpeado y me lanzaron varias veces contra la
pared, a pesar que mi cuerpo apenas se sostenía. Esta hazaña la cometió
el capitán Ramón Miranda, jefe de orden interior del penal Kilo 8, en
Pinar del Rio, mientras vociferaba que "a los contrarrevolucionarios
singados lo que había era que colgarlos".
Es tan grande el ensañamiento contra mi persona que me han sacado lejos
de mi provincia con el objetivo de que en esas prisiones de régimen
severo, me sigan torturando físicamente, y maltratar a mi familia en
viajes largos y difíciles.
La asistencia médica que he recibido por mis enfermedades ha sido
pésima: llevo años en espera de tratamiento.
La mano de hierro de los militares dentro de las prisiones contra los
presos contestatarios, la he sentido de manera implacable. No obstante,
mis pensamientos políticos, son más lúcidos que nunca, pues ahora sí
están bien encausados.
En el año 2008 pasé a formar parte del Partido Democrático 30 de
noviembre-Frank País, en el cual realicé infinidad de actividades. Tuve
el privilegio de ser el vocero de los huelguistas de la prisión de Kilo
8, en protesta por la muerte del incansable luchador Orlando Zapata
Tamayo, misión encomendada por Michel Suárez Cruz, preso político, y por
Rafael Suarez Aviló, miembro del Partido 30 de noviembre.
Para estar en contacto directo con la oposición en la calle, en el año
2012 dejé de ser parte del 30 de noviembre y entré en las filas de la
Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), dirigida por José Daniel Ferrer.
Sobre todas las cosas mi posición ha sido denunciar todos los abusos,
torturas, actos degradantes e inhumanos que cometen los carceleros, y
despertar en la población penal, el sentimiento de rechazo al régimen de
los Castros, y la conciencia de que todos los cubanos podemos hacer uso
de nuestros beneficios contemplados en cada artículo de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
Mi sanción por delitos comunes ya la extinguí, ahora me enfrento a otros
10 años y seis meses como sanción conjunta por supuestros delitos que
considero inaceptable. Sobran testigos que confirman que no he sido otra
cosa que una víctima más de este régimen, puesto que la oposición cubana
se encuentra bajo el zapato de hierro de una dictadura avasalladora,
donde no tienes derecho a nada, sin libertad de palabra o pensamiento,
sin protección judicial ni constitucional, con tanto abuso, torturas y
asesinatos.
Por lo tanto, me considero secuestrado dentro de una prisión por el
régimen que nos oprime."
Para Cuba actualidad: dania.zuzy@gmail.com
Source: Testimonio del preso Yosvel Román Ramos | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente. -
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-prisiones/90-prisiones/10424-testimonio-del-preso-yosvel-roman-ramos.html
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