"Si el cubano sigue callado, Cuba será un desastre perpetuo"
Jorge Mas Santos, hijo del histórico del anticastrismo Jorge Mas Canosa,
cree que Trump solo hará cambios "cosméticos" a la política de Obama
hacia la isla
Miami 8 JUN 2017 - 03:34 CEST
Jorge Mas Santos (Miami, 1963) no ha puesto pie en Cuba pero su vida ha
girado en torno a ella. "Cuba, Cuba, Cuba", repite en su despacho
señalando libros y papeles sobre el escritorio. El primogénito del
patrón del exilio cubano Jorge Mas Canosa (1939-1997) ha heredado el
mando de la Fundación Nacional Cubano-Americana, desde la que su padre
pretendió agarrotar el castrismo. Él ha suavizado el enfoque. Apoyó el
deshielo con Cuba de Barack Obama y se centra en financiar a opositores
de la isla. A la espera del inminente anuncio de la nueva política sobre
Cuba de la Administración de Donald Trump, Mas Santos repasa los viejos
y los nuevos tiempos de su obsesión familiar.
Pregunta. ¿Qué es hoy el exilio cubano?
Respuesta. Un exilio que se proyecta más hacia el futuro que hacia el
pasado.
P. ¿Menos radical?
R. Radical es una palabra fuerte. Es más pragmático. Reconoce que
nuestro cometido ya no es tanto la guerra contra los Castro como ayudar
a las nuevas generaciones de cubanos a dejar atrás un sistema fracasado
y en bancarrota. Echar a Cuba hacia la era moderna.
El objetivo ya no es la guerra contra los Castro, es echar a Cuba hacia
la era moderna
P. Ha recibido críticas por su pragmatismo.
R. Los extremos son malos. Qué le vamos a hacer si nos llaman
pragmáticos. Pero Cuba no se va a liberar con ningún Ejército. Eso es un
cuento de hadas. Tenemos que liberar a Cuba con ideas, con capital
humano y ayudando a que los cubanos tomen conciencia de que un cambio es
posible, aunque allí sea difícil concebirlo entre tantos obstáculos y
después de más de medio siglo con ese experimento castrista. Esa cosa ha
sido casi sobrenatural.
P. ¿Sobrenatural?
R. No es normal. Ya son 58 años. Quién lo hubiera creído en 1959…
P. ¿Por qué cree que se sostuvo?
R. Por la habilidad de los Castro para eliminar a todos sus enemigos.
Siempre que fue necesario eliminar a alguien, lo eliminaron sin
pestañear. Se les subestimó.
P. ¿Su padre creyó que doblegaría a Fidel Castro?
R. Sí, era un hombre que vivía con un optimismo extraordinario. Al final
de su vida supo que ya no iba a alcanzar a lograrlo, pero murió en paz.
Hizo todo lo que pudo. Cuando cayó la Unión Soviética hasta hizo unas
gestiones con Felipe González en las que se habló de la posibilidad de
que Fidel y Raúl saliesen de Cuba y se exiliasen en España. Felipe lo
vio como una locura de mi padre, pero le dijo que si conseguía la
bendición de la Casa Blanca él lo podría considerar al menos. Creía que
no volvería a escuchar del tema. Hasta que le llega una carta de la Casa
Blanca diciendo que respaldaba la idea. Entonces Felipe envío a Adolfo
Suárez a reunirse con los Castro, creo que en La Habana. Suárez volvió y
le dijo que Raúl se lo pensaba pero Fidel lo mandó a la porra: "De aquí
no nos movemos".
P. ¿Por dónde podría llegar un cambio en Cuba?
R. Tiene que venir de la nueva generación de la cúpula del Partido
Comunista y de los militares. Ellos son los que tienen que impulsar una
transición democrática. Sé que entre ellos hay gente consciente de esa
necesidad, porque no es difícil ver que el sistema no funciona, pero
permanece el temor de siempre: el temor de ser el primero en alzar la
cabeza. Raúl Castro sigue trazando el camino y los demás lo siguen por
miedo. En Cuba nada cambia, y así será hasta que el pueblo cubano diga
basta. Si el pueblo cubano sigue callado y satisfecho con la situación
que vive, Cuba será un desastre perpetuo.
P. ¿Qué espera de la política de Trump sobre Cuba?
R. Creo que se limitará a aspectos de los viajes de americanos a la isla
y de los negocios de empresas de Estados Unidos con empresas cubanas
estatales y militares. Si bien hasta ahora ha habido muy poquita
inversión norteamericana, esto la frenará más con la intención de forzar
a Cuba a que allí haya respeto a los derechos humanos. Pero los cambios
serán más bien cosméticos. No habrá una revisión completa de la política
de Obama.
P. ¿Y qué espera de La Habana?
R. Lo inteligente sería darle espacio a los opositores, porque el costo
económico de seguir con su acoso constante a la sociedad civil será
brutal. Sería un error garrafal por su parte, pero sabemos que el
régimen siempre ha escogido el poder sobre el bienestar del pueblo.
P. ¿Usted qué modelo de relación bilateral defiende?
R. Yo pienso que el modelo de acercamiento de Obama tenía muchos
beneficios, pero creo que se necesitan herramientas para presionar al
régimen. Él no prestó atención a apretar a las empresas estatales. Tenía
la esperanza de que Cuba respetaría más los derechos humanos para
aprovechar la oportunidad. Si Obama estuviera hoy en el poder, estaría
explorando la posibilidad de ser más restrictivo. Cuba no ha cumplido
con su parte.
Source: "Si el cubano sigue callado, Cuba será un desastre perpetuo" |
Estados Unidos | EL PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/06/08/estados_unidos/1496877412_366558.html
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