Malas noticias del consumo de electricidad
ELÍAS AMOR | Valencia | 8 de Junio de 2017 - 09:25 CEST.
La Oficina Nacional de Estadística de Cuba (ONEI) acaba de publicar un
interesante informe relativo a la actividad en el sector de la energía
de la economía castrista en 2016, titulado "Electricidad en Cuba:
indicadores seleccionados enero-diciembre 2016".
Nos encontramos ya a mediados de año 2017 y todavía existen lagunas
importantes de información para el análisis de la coyuntura de la
economía de la Isla, así que cualquier dato que ofrezcan las
autoridades, aunque sea a cuentagotas, será bien recibido.
La publicación ha sido presentada con esmero. Y dada la estrecha
relación que el consumo de energía tiene con la actividad económica,
presente y futura —que sabemos por datos oficiales del régimen que se
encuentra en recesión desde mediados del año pasado—, la información
publicada por la ONEI presenta un notable interés, ya que nos ofrece una
idea más precisa de la magnitud del desplome de la actividad económica
en Cuba y permite valorar las previsiones a medio plazo de la misma.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la ONEI, el consumo de
electricidad en Cuba se situó en 2016 en 15.182 gigawatt hora. El dato
en sí no dice gran cosa si no se realiza una comparación con el
ejercicio precedente. Lo primero que llama la atención es que la
publicación de la ONEI citada no mencione el dato del año anterior. No
pasa nada. Lo buscamos en el Anuario Estadístico de Cuba de 2015 y,
¡sorpresa!, nos encontramos que el consumo de electricidad ese año
alcanzó 20.288 gigawatt hora.
Es decir, en un solo año, de profunda recesión y que algunos estimamos
que está muy cerca del denominado Periodo Especial el consumo de
electricidad en Cuba cayó un 25,2%, una cuarta parte de lo consumido el
año anterior. Un desplome de una magnitud suficiente permite valorar la
actual fase de contracción que experimenta la economía como una de las
más graves de los últimos 20 años. Una contracción de esta magnitud está
paralizando y cuestionando todo el proceso de idas y venidas con los
llamados Lineamientos y Conceptualizaciones y demás majaderías. Y lo que
es peor, el dato es de suficiente envergadura para precisar que los
próximos meses pueden ser incluso peores.
Si se desglosa el consumo por sus dos componentes principales, el
estatal y el privado, se observa que experimentan dinámicas diferentes
en el periodo considerado.
El consumo estatal, que representa nada más y nada menos que el 43% del
total (lo que ofrece una idea de la notable concentración que representa
el Estado en la economía castrista), cayó un 29,6%, cuatro puntos
porcentuales más que la media, pasando de 8.648,5 gigawatt hora en 2015
a 6.085,8 gigawatt hora en 2016. En una economía como la castrista,
donde buena parte de los bienes y servicios que se entregan a la
población se producen en el sector estatal, este dato no es nada bueno.
Todo lo contrario.
Por su parte, el consumo privado, donde se encuentra el residencial, por
el contrario, experimentó un aumento moderado, pasando de 8.468,3
gigawatt hora en 2015 a 8.792,1 gigawatt hora en 2016, un 3,8%.
Este desigual comportamiento entre los dos indicadores viene a confirmar
que el régimen está evitando que el duro ajuste en la economía recaiga
sobre los particulares, mediante políticas discriminantes para evitar un
estallido social, y en cambio, es el Estado, que continúa siendo eje
fundamental de la economía, el que se ha visto sometido a un duro ajuste
en términos de consumo de electricidad, con su correlato de caída de la
actividad pasada y futura.
Los analistas de coyuntura saben que el desplome en el consumo total de
energía eléctrica correlaciona con la recesión de la economía, y además,
permite identificar en términos de comparación con la serie histórica
ofrecida por ONEI, que el consumo registrado en 2016 en la economía
castrista ha disminuido nada más y nada menos que a los niveles del
lejano año 2000, cuando la cifra se situó en 15.032,2 gigawatt hora. Es
decir, el consumo de electricidad ha descendido a las cifras de hace 16
años.
Desde entonces hasta 2015, salvando el breve paréntesis del bienio 2004
y 2005, el consumo anual de electricidad había estado aumentando a un
ritmo medio del 2,3%, desde la cifra antes citada hasta los 20.288
gigawatt hora de 2015. En ese sentido, la intensa caída registrada en
2016 es una ruptura de la serie histórica que tendrá consecuencias
especialmente negativas sobre el diseño y ejecución de políticas económicas.
La elevada dependencia del petróleo procedente de Venezuela, sin haber
previsto situaciones de interrupción de los envíos como la que se está
presentando en la actualidad, y la falta de una estrategia para
implementar energías renovables en la Isla, suponen las pésimas cifras
que hipotecan el crecimiento económico y suponen más privaciones y
carestías para los cubanos.
Lo peor de todo es que, tal vez, el escenario más negativo, que algunos
sitúan en los próximos meses, no ha llegado aún. Los cubanos deberán
apretarse más aún el cinturón. Tal como nos indica el consumo de
electricidad, la parálisis económica está muy próxima.
Source: Malas noticias del consumo de electricidad | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1496858008_31720.html
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