Cuba en la órbita de la eminencia gris que fue Zbigniew Brzezinski
junio 02, 2017
Armando de Armas Álvaro Alba
Para Fidel Castro, el académico polaco-estadounidense, considerado uno
de los últimos supertalentos de la política exterior estadounidense, era
el "villano" de las relaciones entre EEUU y Cuba.
La Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo anunció con una
profunda tristeza el fallecimiento, el pasado 26 de mayo, de Zbigniew
Brzezinski, renombrado intelectual e implacable enemigo de la tiranía en
el mundo.
No es para menos pues Brzezinski, muerto a los 89 años en el Hospital
Inova de Fairfax, Virginia, fue un importante asesor de la fundación
dedicada a recordar a los millones de muertos que tiene en su haber el
comunismo y uno de los pocos hombres de pensamiento en entender la
maldad esencial y manifiesta del marxismo en el poder.
El estratega político pasó su primera infancia en Alemania en los años
treinta, siendo testigo de primera mano del ascenso del nazismo, y es
considerado uno de los últimos supertalentos de la política exterior
estadounidense.
Consejero de Carter y las crisis con Cuba
Como consejero de Seguridad Nacional del demócrata Jimmy Carter,
Brzezinski, a pesar quizá de los devaneos ideológicos de su presidente,
fue un ferviente defensor de una política de mano dura contra el régimen
soviético durante la Guerra Fría y desde esa posición, entre 1977 y
1981, se enfrentó a innumerables crisis, desde la desastrosa toma de
rehenes en la embajada estadounidense en Irán hasta la invasión
soviética de Afganistán.
Su posición firme contra la política interna y externa de Fidel Castro
le hizo objeto de la crítica constante del dictador cubano, tanto en sus
discursos, como en privado.
Cuando en la Casa Blanca se comenzó a planificar el inicio de
negociaciones con Cuba, siempre exigía Brzezinski, y así lo expresaba en
sus memorandos, que no se podían hacer concesiones al principio, sin
asegurarse de movimientos por la parte cubana. Y como ejemplo exitoso,
ponía el de Hungría.
Desde febrero de 1977 pedía en memorandos al departamento de Estado, de
Defensa y al fiscal general, entre otros, que entre los temas a discutir
con Cuba estuviera el de los derechos humanos, las actividades políticas
y militares de Cuba en el extranjero, incluido en Puerto Rico, y los
lazos con Moscú.
La presencia militar cubana en África, en la década del 70, fue un tema
que a iniciativa de Brzezinski se llevó a las conversaciones con La
Habana. Y a pesar de que no todos los miembros del gabinete le apoyaban,
como el secretario de Estado, del Tesoro y el Comercio, defendió el
académico polaco, la opinión que las actividades internacionales de Cuba
eran tan importantes para EEUU que no podía permitirse una normalización
de las relaciones sin el compromiso de Castro de detenerlas.
Ya en junio de 1978 en entrevista con el diario The New York Times,
Fidel Castro acusaba a Brzezinski de desinformar al presidente Carter en
relación a la crisis en la provincia de Shaba y los rebeldes de
Katangan. Declaró que el llamado rol de Cuba en la crisis es una
"mentira fabricada en la oficina de Brzezinski" .
No estuvo satisfecho con la respuesta del embajador soviético en
Washington, Anatoli Dobrynin, sobre la presencia en Cuba de aviones
Mig-23 y así lo expuso al presidente Carter en memorando enviado el 11
de diciembre de 1978.
En comunicación del director de la CIA, Stansfield Turner a Brzezinski,
le informa que fuentes (no relevadas en el reporte) de la cancillería
cubana y del gobierno en La Habana destacan la actitud de Carlos Rafael
Rodriguez, entonces vicepresidente del Consejo de Estado y Ministro,
contra Brzezinki, al que califica de incompetente y prefiere a un Henry
Kissinger. Afirma que en Cuba ven en el asesor de seguridad nacional al
líder del ala derechista.
Públicamente en febrero de 1979, cuando las tropas chinas entraron en
Vietnam, Castro en un discurso culpaba a Brzezinski de coordinar con
Deng Xiaoping la agresión:"¿Que habló Deng Xiaoping con Brzezinski?", se
preguntaba el dictador cubano en un discurso dedicado a la aventura china.
En julio de 1979, Brzezinski informa a Carter que Estados Unidos conocía
de una directiva de la cancillería soviética para que sus representantes
en el extranjero promovieran el liderazgo de Cuba en el movimiento de
países No Alineados (NOAL), pues Cuba ocuparía la presidencia en
septiembre de ese año. La directiva pedía que se presentara la política
exterior de Cuba independientemente del Kremlin e instruía a que se
mantuviera en bajo perfil la ayuda y asistencia que la URSS ofrecía a
Cuba. La orden fue: "hagamos lo contrario – diciendo la verdad sobre el
títere soviético".
Por esa fecha, pedía al director de la CIA que recolectara toda la
información posible sobre Cuba para determinar un aumento de la
presencia militar soviética en la isla, los planes de Castro para
América Latina y África. Al presidente Carter el 20 y 21 de agosto le
entregaba informes sobre la cantidad de tanques soviéticos que
participaban en una maniobra militar en Cuba.
En el memorando sobre Estrategia de EEUU hacia Cuba de septiembre de
1979, Brzezinski planteó los objetivos de la política de Washington con
Cuba:
1) reducir y eventualmente eliminar la presencia militar cubana en el
exterior
2) socavar el liderazgo de Cuba en el Tercer Mundo
3) separar a Cuba de los temas de Puerto Rico
4) inhibir el poderío soviético en el ejército cubano
En el documento elabora estrategias con los países de la región, con los
moderados de los No Alineados y mantiene la presión para que Cuba no
obtenga un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, al cual
aspiraban en La Habana para dirigir los No Alineados.
Cuando el diplomático estadounidense William Attwood visitó Cuba y se
reunió con Castro, hizo un informe a Castro donde describe el encuentro.
Afirma que Castro se quejó del discuso de Carter a la nación sobre la
presencia de tropas soviéticas en Cuba, realizada la noche del 1 de
octubre en el Salon Oval de la Casa Blanca y acuso a Brzezinski de
orquestar una operación para sabotear la Cumbre de los NOAL en La
Habana. Castro exoneró a Carter de culpas y demonizó a Brzezinski, al
que considera el "villano", escribe Attwood.
De Europa a Estados Unidos
Brzezinski nació en Varsovia, su padre fue un diplomático que destinado
en Alemania entre 1931 y 1935, y vió la llegada al poder de Adolf
Hitler. El conflicto mundial le sorprende con su familia en Canadá,
donde termina el bachillerato y se graduó por la Universidad McGill.
En Harvard, donde obtuvo su doctorado, se especializó en la política
soviética. Desde la academia defendía la posición de la administración
demócrata en relación a la guerra de Vietnam. Y ayudó a David
Rockefeller a crear la Comisión Trilateral.
Fue asesor de política exterior del presidente Lyndon B. Johnson y
Asesor de Seguridad Nacional de Carter. Durante su mandato como Asesor
de Seguridad Nacional, Brzezinski rompió con la mayoría de su partido
demócrata al declarse partidario de apoyar a los disidentes anticomunistas.
Durante su etapa de asesor de seguridad nacional tuvo que lidiar con
varias crisis en el campo socialista, desde la invasión soviética en
Afganistán hasta las huelgas de Solidaridad. Tuvo en el Papa Juan Pablo
II un aliado en la defensa de los pueblos del Este de Europa.
Brzezinski logró que el gobierno de Estados Unidos proporcionara armas y
apoyo a los muyahidines que se oponían a los invasores soviéticos y a
sus aliados comunistas afganos. Elaboró la política de defensa de los
derechos humanos que se propagó en los países del bloque comunista.
Después de la liberación de Europa Oriental y la caída de la tiranía de
la Unión Soviética, en 1991, la línea dura de Brzezinski contra el
imperio comunista fue reivindicada. Mientras el mundo libre se
regocijaba en la victoria de la Guerra Fría, Brzezinski y otros
comprendieron con gran agudeza la importancia de conmemorar a las
víctimas de noventa años de totalitarismo y educar al mundo para que
tales regímenes no malearan el nuevo siglo XXI.
Brzezinski es un intelectual con más de treinta libros en su haber,
dedicados fundamentalmente a la estrategia en el tablero de intereses
internacionales, al análisis del rol estadounidense en un mundo
cambiante y al enfrentamiento a ideologías de índole esencialmente
asesina; como sin dudas fue el comunismo.
Dado su pensamiento y proceder político, Brzezinski se va de este mundo
en un momento definitorio dentro del reajuste del escenario
internacional, uno en que influido por el acontecer político
estadounidense podría determinarse durante años un derrotero descendente
o uno ascendente con respecto al devenir de la cultura occidental.
Source: Cuba en la órbita de la eminencia gris que fue Zbigniew
Brzezinski -
https://www.martinoticias.com/a/cuba-en-la-orbita-del-fallecido-brzeigniew-/145975.html
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