miércoles, septiembre 21, 2016

Solución para Cuba

Solución para Cuba
Hemos caído en una noria, en un movimiento perpetuo alrededor de un
mismo círculo
Martes, septiembre 20, 2016 | Rafael Azcuy González

MIAMI, Estados Unidos.- Somos los sobrevivientes, los náufragos salvados
de este naufragio horrible en que sucumbió la Patria. Somos dichosos y
bendecidos los que pudimos llegar hasta el día de hoy con el privilegio
de conservar la vida, luego de tanta pérdida, dolor y daño.

Ya es demasiado el tiempo de este reinado despótico ―pasamos casi diez
años por encima del medio siglo― que rompió con todo lo que significó
libertad, familia, patria, tradiciones, creencias y costumbres. Muchos
se fueron del camino de la vida llamados por el Señor, otros cayeron
frente a los pelotones de fusilamiento o perecieron víctimas del
maltrato en el presidio castrista. Otros muchos sucumbieron debido a las
carencias del régimen atroz y de la mala alimentación que los avejentó
prematuramente y enfermó sus cuerpos. Muchos cayeron en tierras
extrañas, lejos de los suyos, envueltos en conflictos fratricidas
ajenos. Otros fueron víctimas del ametrallamiento o el hundimiento
cuando trataban de abandonar el país por mar y muchos más devorados por
las aguas o por los escualos.

¿Cuántos compatriotas cayeron enfrentados unos a otros, obligados por
una camarilla despiadada que sembró el odio entre hermanos? Así sucedió
en aquella guerra civil que fue la llamada Limpia del Escambray que se
extendió no solo a ese macizo montañoso, sino a todas las provincias del
país durante casi siete años, donde se aplicaron prácticas nazis y
stalinistas para aislar la población civil; también se perdieron
centenares de valiosas vidas en la invasión de Bahía de Cochinos.

Infunde pavor conocer las cifras que se manejan de los éxodos masivos de
cubanos: Es el referéndum más grande dado por un pueblo quizá en todo el
mundo. Un pueblo pequeño que en 1959 solo tenía seis millones de
habitantes. Solo bastaría recordar aquella Embajada de Perú en 1980 que
se desbordó con casi 11 mil compatriotas. Pero si esto fuera poco vean
estas cifras dadas a conocer por el Nuevo Herald: En 1959: 12 300
personas; en 1965: 18 000; en 1966: 53 400; en 1980: 141 742; en 1994:
47 662 y del 94 al 2015: 660 000. ¿Qué más referendo? ¿Qué más
votaciones? Nunca un pueblo votó tanto con los pies. Castro ahora si
debiera retomar sus palabras de "¿Elecciones para qué?".

Todos llevamos en nuestras almas de una u otra manera este sufrimiento
que ha padecido este pueblo mártir. Los que dejamos la Patria hemos
pagado un alto precio: nuestra familia dejada atrás, nuestras amistades,
nuestras propiedades, nuestros hábitos, nuestras costumbres; pero
nuestra Cuba ha padecido mucho más: se ha desangrado, poco a poco ha
perdido lo mejor de nuestro pueblo, su juventud, que no cesa de emigrar,
que no quiere más a los Castros. Ahora es un país envejecido y cada día
lo será más. Entonces yo pregunto: ¿Sin ésta sabia vital y rebelde que
es la juventud, cómo podrá liberarse nuestro pueblo de ésta dictadura?

Muchos de los que emigraron hacia Estados Unidos han cumplido el sueño
americano. Todo el que se esfuerza y lucha en prácticamente dos años
resuelve sus necesidades más perentorias y se estabiliza. Otros que
llegaron más temprano a estas tierras de libertad han amasado sus
correspondientes fortunas. Orgullo de los cubanos es Sedanos Supermarket
o La Carreta. Aquí en el exilio, Cuba está presente para muchos de sus
mejores hijos, pero hay otros que ni quieren oír hablar de su Patria
pues o se las dan de norteamericanos o la asocian como sinónimo de
dictadura y penurias.

Nuestro país va a sucumbir en medio del abandono y la opresión. Es
triste conocer que un campeón olímpico y mundial de boxeo como Mario
Kindelán tenga que vender sus medallas para sobrevivir. Tendrán los
Estados Unidos de América que seguir soportando este peso impuesto por
los Castros de recibir cada día a más cubanos desesperados. Cuando
nuestras guerras de independencia de España nadie emigró ilegalmente a
Estados Unidos ni a ningún otro país, pues se podía viajar libremente a
pesar del coloniaje español. Emigraron familias de los ricos hacendados
orientales en busca de seguridad y también familias humildes que iban a
mejorar de vida y fueron los futuros tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso
que tanto apoyaron a Martí. Nadie venía en balsas ni en embarcaciones
precarias y su número fue incomparablemente menor a la debacle de hoy.
Es bueno recordar que en tiempos de España uno de los peores castigos a
los que se oponían en Cuba al coloniaje era la deportación, pues nadie
quería verse obligado a abandonar su Isla.

Cuando nuestra última Guerra de Independencia (1895-1898), los Grandes
Jefes (Martí, Gómez, Maceo) estaban en el exilio y volvieron a Cuba a
dirigir la contienda a poco de iniciarse. En la Isla estaba la casi
totalidad de su población y en ella también había jefes y algunas armas.
Estaban sin dudas sus mejores hijos. Ahora no tenemos a aquellos grandes
jefes gloriosos y eternamente recordados, aunque pueden surgir en
cualquier momento, forjándose en la lucha diaria contra el régimen. Como
armas solo podrá contarse con machetes lo que sería inmolarse
inútilmente al enfrentarse a fusiles automáticos o a tanques de guerra.
Entonces yo vuelvo a preguntar: ¿Cómo va a ser posible la llegada de la
libertad si solo tenemos a ese pueblo reprimido, hambreado y sacrificado
por la dictadura más larga de América?

Considero a mi humilde juicio que están dadas las mismas condiciones que
llevaron a los Estados Unidos a intervenir en Cuba cuando el conflicto
contra España en 1898. El mundo entero conoce la precaria situación en
que vive actualmente nuestro pueblo: se mantiene el hambre, la
socialización de la miseria: convirtieron a Cuba, un país próspero en
pleno desarrollo, en un país de pobres; la mala calidad de la salud: hay
epidemias como el dengue, el cólera y carencia de medicamentos en
general; solo faltaría la reconcentración weyleriana, pues la represión
contra todo el que protesta o se opone pacíficamente al régimen no ha
cesado un solo día desde hace casi 60 años. Estas son las causas del
éxodo imparable que desangra el país y que constituye un problema para
los Estados Unidos y los pueblos vecinos, como mismo lo ha constituido
hasta hoy la existencia de la guerrilla colombiana con su compendio de
muertes y drogas y los movimientos guerrilleros izquierdistas por casi
toda América Latina y muchas partes del mundo, que también fueron
creados, financiados y entrenados por Cuba, así como el amparo actual a
los países del Alba, especialmente a la dictadura venezolana.

Los Estados Unidos han sido los heraldos de la libertad en el mundo. La
sangre de sus mejores hijos se ha derramado en muchos lugares donde el
mal amenazaba con la tiranía y la opresión: Las dos guerras mundiales,
Corea, Vietnam, Panamá, Granada, Afganistán, Irak entre otros muchos
ejemplos. No es moral y va contra los valores éticos norteamericanos que
a solo 90 millas de casa un pueblo viva cautivo, hambreado y sin futuro
porque a una familia de tiranos, enemigos acérrimos de la Gran Nación
Americana, quieren mantenerse en el poder a fuego y sangre.

Apenas de lograrse el triunfo castrista el propio líder preguntó:
"¿Armas para qué?" Luego afirmaron que las armas se emplearían para
fabricar arados y tractores. Llegó entonces la época en que sin control
alguno, todos los revolucionarios "comecandelas" andaban con un arma de
fuego al cinto. Luego vino la recogida de esas armas y solo las
mantuvieron los agentes encubiertos de la Seguridad del Estado y los
cuerpos represivos. El máximo líder andaba siempre con su pistola al
cinto como en aquellos tiempos de pandillero universitario. Vino la
compra de armas y aviones y se pidió apoyo a la población: Cuba se
convirtió por obra y gracia de la Unión Soviética en una verdadera
potencia militar en detrimento de la vida de su hambreado pueblo. Vuelvo
entonces a preguntar: ¿Con un pueblo completamente desarmado que tiene
tras sí a un miembro de la Seguridad del Estado para controlar cada 200
personas, qué sublevación podría tener éxito?

Hemos caído en una noria, en un movimiento perpetuo alrededor de un
mismo círculo. Ya los Castros tienen a sus continuadores, nietos e
hijos, elegidos por ellos mismos. Es el mismo caso de Corea del Norte,
donde se prolonga el poder de mano en mano familiar. Los Estados Unidos
no pueden seguir soportando que todo un país se tenga que trasladar a su
territorio. La operación quirúrgica es necesaria. Mientras sigan los
vuelos, los cruceros, el turismo, las remesas, los conciertos, las
series, las películas, la "Hidra de Lerma" seguirá creciendo y viviendo
a sus expensas manteniéndose así el infame régimen con todo su aparato
represivo y las carencias de siempre. No olviden que aquel legendario
monstruo mitológico griego tenía siete cabezas y por cada una que perdía
le salían otras dos. Hércules, después de una lucha titánica logró
cortárselas todas, quemar a la bestia y enterrar al fin su cuerpo. Los
cubanos necesitan enterrar a ese monstruo aferrado al poder pero ya
quedan pocas fuerzas para levantar la espada cercenadora: la solución
necesariamente dependerá de esa ayuda imprescindible, crucial, definitiva.

Source: Solución para Cuba | Cubanet -
https://www.cubanet.org/colaboradores/solucion-para-cuba/

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