sábado, diciembre 05, 2015

Las emigradas cubanas sufren secuestros y violaciones en su viaje por tierra a EEUU

Las emigradas cubanas sufren secuestros y violaciones en su viaje por
tierra a EEUU
En los albergues para inmigrantes cubanos en Costa RIca se escuchan
impactantes historias de vida
CRISIS MIGRATORIA
SAN JOSÉ.-IVÁN GARCÍA
Especial desde Costa Rica

Una noche de verano en un bar privado de La Habana se cerró el negocio.
Junto a su novio, Miladis, 25 años, sería la encargada de viajar a Quito
y Guayaquil para comprar cientos de kilogramos de ropas baratas,
teléfonos celulares piratas y electrodomésticos que luego revenderían en
Cuba.

Ya en Ecuador comenzaron los problemas. "Mi novio perdió mucho dinero en
Ecuador jugando cartas y en peleas de gallos. Para zanjar la deuda yo
fui el pago. Un coyote que vivía en el barrio de San Bartolo en Quito me
retuvo hasta que pagara 1,500 dólares. La opción fue prostituirme por 40
dólares dos horas. Luego de pagarle me fui con un grupo de once cubanos
rumbo a Estados Unidos. Un soldado de la guerrilla en Colombia, al no
poder pagar los 400 dólares por persona que pedía, me violó. Quiera Dios
que cuando se destrabe el paso entre Costa Rica y Nicaragua no tenga que
vivir otra pesadilla", apunta indiferente Miladis, sentada en un banco
de cemento al aire libre en un albergue para inmigrantes en el poblado
tico de La Cruz, a unos 20 kilómetros de la frontera con Nicaragua.

Cuando usted charla con alguna de las mujeres que deciden abandonar el
manicomio económico cubano, escuchará impactantes historias de vida.

Magda, una rolliza cuarentona, sentada en el amplio comedor del hostal
El Descanso, en el poblado costarricense de Paso Canoas, cuenta:
"Salimos de Ecuador una noche que presagiaba lluvia. En la selva
colombiana los coyotes hicieron un alto para descansar. Al poco rato
llegaron unos tipos con armas de fuego y pinta de sicarios. Además de
exigir un pago en efectivo, se llevaron a una joven de 19 años que
viajaba con el grupo. A otra la violaron varias veces".

Travesía con niños

Entre los más de 4.000 cubanos varados en Costa Rica tras la decisión
del Gobierno sandinista de Daniel Ortega de cerrar la frontera de Peñas
Blancas, hay mujeres con niños de pecho y madres que hicieron el
itinerario con hijos pequeños.

"Es algo irresponsable. Soy padre de dos hijos y jamás permitiría que mi
esposa tenga que sufrir las penurias de una travesía complicada y
riesgosa", reflexiona Alex, estudiante de cuarto año de Derecho, sentado
sobre unos cartones sucios en el andén de una desvencijada terminal de
ómnibus en Paso Canoas, a la espera de un bus que por 15 dólares los
traslade a San Ramón, a una hora de viaje de la capital costarricense.

Solamente en el poblado de La Cruz existen seis albergues para los
migrantes cubanos. El mayor de ellos está enclavado en el Colegio
Nocturno y de las 631 personas alojadas, 185 son mujeres y 16 niños.
Duermen en colchones de espuma de goma esparcidos por las aulas y a lo
largo y ancho del gimnasio.

La ayuda costarricense

Las autoridades ticas les garantizan desayuno y dos comidas calientes al
día. Hasta las diez de la noche pueden circular libremente. Pero quienes
tienen suficiente dinero prefieren alquilar una habitación en alguno de
los hostales de Paso Canoas, Peñas Blancas, Liberia, San Ramón o La Cruz.

Los náufragos cubanos en tierra firme tienen una visa temporal por 15
días. Según Norberto Fumero, 34 años, hay compatriotas que se
prostituyen por 20 dólares la noche. "Si enganchan a un cliente tico les
piden 40 ó 50 dólares. Algunas eran jineteras en Cuba y trasladan su
modo de vida acá. No saben hacer otra cosa que fletear".

¿De qué manera consigo el dinero?

Jorge, taxista costarricense, señala que varias cubanas le han propuesto
tratos sexuales. "Da pena. Son jóvenes y bonitas. Me han pedido 30 ó 40
dólares pues no tienen más dinero para seguir el viaje. Las de más edad,
piden dinero, cigarrillos o que les pague unas cervezas".

Muchas viajan con sus esposos. Otras hacen el periplo solas y se asocian
a grupos de personas que conocen desde Cuba. Yanira, una morena
estilizada, trabajaba en un centro de elaboración de alimentos en Puerto
Padre, Las Tunas, provincia a 700 kilómetros de La Habana.

Yanira decidió marcharse de la Isla para reunirse con su novio que
reside en Orlando, Florida. "Viajé con poco dinero, menos de 2.000
dólares. Cuando llegué a Panamá ya estaba sin plata. ¿De qué manera
consigo el dinero?", se pregunta mientras bebe cerveza en un hostal de
Paso Canoas. No hace falta mucha imaginación para saberlo.

Source: Las emigradas cubanas sufren secuestros y violaciones en su
viaje por tierra a EEUU :: Diario las Americas :: Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/4847_cuba/3495577_las-emigradas-cubanas-ivan-garcia.html

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