miércoles, julio 29, 2015

El comunista español que copió al NKVD en el Escambray

El comunista español que copió al NKVD en el Escambray
Ángel declara que eran bandidos y que así había que llamarles. La idea
agradó a Castro, y desde entonces no existe en Cuba otra manera de
nombrar a los que lucharon contra el régimen en esa contienda.
Álvaro Alba
julio 28, 2015

El peligro de un Nuevo Idioma o Neolengua, dentro del socialismo fue
adelantado por George Orwell en 1984. En Cuba existe un término que se
le aplicó a los que con las armas se enfrentaron al sistema impuesto
desde 1959 – Bandidos. Ese fue el calificativo para todos los que
estaban combatiendo en las montañas y llanos de Cuba contra Castro.

Nada de insurgentes, rebeldes, alzados, guerrilleros, simplemente
bandidos. La guerra se llamó Lucha contra Bandidos. Dentro del Ejército
se crea la Sección de Lucha contra Bandidos y las unidades de combate se
llamaron Batallones de Lucha contra Bandidos. Existe desde 1984, en el
centro de la Isla, en Trinidad, un Museo Nacional de la Lucha contra
Bandidos, ubicado en el edificio del Convento e Iglesia de San Francisco
de Asís, el más emblemático de los edificios de esa villa. Bandidismo
fue el término escogido y no fue al azar la elección.

Ese calificativo lo acuñó un español, asesor hispano-soviético, como se
le llamaba a los primeros consejeros que llegaron de la URSS a Cuba. Ese
asesor fue Ángel Martínez Riosola o Francisco Ciutat, al igual que los
demás hispano-soviéticos venía con el fogueo del combate en la Guerra
Civil Española, la Segunda Guerra Mundial y la persecución a los
nacionalistas ucranianos, lituanos y estonios que lucharon contra las
autoridades soviéticas.

Ciutat fue coronel del ejército republicano, jefe de estado mayor de un
frente que al ser derrotado el bando republicano escapa a la URSS. En la
Academia Militar Voroshilov, en Moscú, fue profesor junto a otros
españoles durante la Segunda Guerra Mundial. En la URSS tuvo igual
graduación militar y era conocido como Pablo Pablovich Stepanov. A Cuba
llegó en marzo de 1960, en vuelo desde Venezuela, a través de Praga y
Bruselas, algunos dicen que para evitar cualquier relación con la URSS,
otros que fue para reunirse con los dirigentes españoles exiliados y
coordinar una mayor ayuda a La Habana.

A la isla arribó con un pasaporte a nombre de Ángel Martínez Riosola, o
simplemente el Comandante Angelito. Estuvo presente en los combates de
Bahía de Cochinos y en la creación de las estructuras militares del
país. Fue asesor en la jefatura de las operaciones en el Escambray
durante los combates, incluso es herido en la pierna durante un
enfrentamiento.

A principio de 1962, en una reunión donde estaban presentes Fidel
Castro, Juan Almeida, jefe del Ejército Central, el jefe de operaciones,
Raúl Menéndez Tomassevich y el asesor hispano-soviético, mientras
explicaba Tomassevich la ubicación de las formaciones enemigas y las iba
nombrando de diversas maneras: alzados, rebeldes, etc., Ángel declara
que eran bandidos y que así había que llamarles. La idea agradó a
Castro, y desde entonces no existe en Cuba otra manera de nombrar a los
que lucharon contra el régimen en esa contienda.

El término ya había sido acuñado en la URSS en la lucha contra los
nacionalistas ucranianos, lituanos, estonios, letones y de otras
nacionalidades, que tomaban las armas contra Moscú. La Constitución de
la URSS de 1924 tenía un artículo (61) en su noveno capítulo, para
definir las funciones del Departamento de Seguridad del Estado o
Dirección Política Principal Unificada (OGPU), donde se explicaba que la
función principal era la lucha contra la contrarrevolución económica y
política, el espionaje y el bandidismo. Dentro de la OGUP estaba el
Departamento de Operaciones, encargado de esa lucha contra los
denominados "bandidos" y en 1944 se reorganiza y surge la Dirección
General de Lucha contra el bandistismo dentro del NKVD, cuyo segundo
departamento se especializaba en la zonas del occidente de la URSS. Y es
que el 60 por ciento de los incidentes armados ocurrían en Ucrania,
Lituania, Estonia y Letonia; y se hacía la distinción entre la lucha
contra el "bandidismo político", del criminal.

Los rebeldes de Lituania fueron los miembros de la Unión de Luchadores
por la Libertad de Lituania, conocidos como Hermanos de la Foresta. En
Estonia existe una organización de veteranos combatientes que estuvieron
al lado de Alemania, y que se denomina Asociación de Luchadores de la
Libertad, agrupando incluso a los que de 1918 a 1920 combatieron al
Ejército Rojo, y a los que en la guerra mundial formaron las unidades al
servicio del Tercer Reich. En Ucrania tomaron las armas el Ejército
Insurreccional Ucraniano (UPA) y la Organización de los Nacionalistas
Ucranianos (OUN). Por décadas se calificó a los que las integraban como
traidores, colaboradores de los nazis y un anatema cayó sobre sus líderes.

En México se les llamó Insurgentes a aquellos que levantaron las armas
contra España, y aunque entre ellos lucharon y cambiaron de bando, al
final fueron calificados de Insurgentes. En España hay carlistas,
republicanos, franquistas, pero nunca aparece el calificativo de
bandidos. Los ingleses prefieren llamar a una contienda bélica civil con
un poético nombre - "guerra de las rosas". Una guerra civil marcó la
historia de Estados Unidos y los vencedores norteños no llamaron
bandidos a los vencidos sureños.

Source: El comunista español que copió al NKVD en el Escambray -
http://www.martinoticias.com/content/comunista-espanol-ciutat-escambray-nkvd/100953.html

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