¿Es estelar el desempeño socioeconómico de Cuba en los últimos 25 años?
Emily Morris considera que el desempeño socioeconómico y político de
Cuba ha sido superior al de los países poscomunistas, pero se olvida del
éxodo en aumento
Rolando H. Castañeda, Washington DC | 03/12/2014 6:37 pm
El ensayo Unexpected Cuba de Emily Morris, investigadora del Banco
Interamericano de Desarrollo, en el No. 88 de New Left Review,
julio-agosto de 2014[1], ha recibido una amplia atención. Iroel Sánchez
lo considera lo mejor que ha leído sobre la economía cubana en los
últimos 25 años y lo reprodujo en inglés y español en su blog, La pupila
insomne.
Morris desarrolla cuatro temas centrales. (1) Los cambios
socioeconómicos de Cuba comparan favorablemente con el promedio de los
de los 29 países poscomunistas de Europa central y meridional, la
antigua URSS y Mongolia en la era poscomunista, o sea, después de la
caída del Muro de Berlín. (2) En los últimos 25 años, Cuba ha realizado
un estelar proceso de ajuste y recuperación socioeconómica para
enfrentar la disolución del bloque soviético. (3) La experiencia cubana
durante los últimos 25 años prueba que el socialismo real, o comunismo,
sí es reformable contrario a la tesis de Janos Kornai. (4) El gobierno
cubano ha acertado en ignorar las propuestas reformistas de los
cubanólogos, académicos y profesionales residentes en EEUU que se reúnen
en Miami, financiados por el gobierno estadounidense. A continuación
comento estos cuatro temas.
(1) Morris considera que el desempeño socioeconómico y político de Cuba
ha sido superior al de los 29 países poscomunistas durante los últimos
25 años, e ignora que el grupo de esos países tiene gran heterogeneidad
y, por ello, los promedios no son representativos, lo que le resta
validez a esas comparaciones. En el aspecto económico Morris considera
que Cuba ha tenido un ajuste estelar a pesar de que confronta severos
problemas y desafíos fundamentales que se señalan en el numeral (2)
siguiente. En el aspecto político señala que Cuba ha propiciado un
sistema de consultas y participación ciudadana a distintos niveles en la
definición del ajuste aplicado, particularmente por parte de los
trabajadores, aún cuando sistemáticamente la CTC ha ignorado la
presentación de cualquier reivindicación laboral.
Al comienzo de la transición la mayoría de los países 29 países
poscomunistas tenían como metas reducir las diferencias de sus niveles
de vida con los de los países avanzados (o del primer mundo) y
transformarse en democracias. Según el crítico de la transición
poscomunista Branco Milanovic,[2] en los últimos 25 años doce de los 29
países han sido exitosos en lograr que su PIB por habitante crezca a una
tasa mayor que la de los países avanzados; otros cinco han logrado que
su PIB por habitante crezca una tasa similar a la de los países
avanzados; cuatro han logrado que su PIB supere el nivel que tenía en
1989, pero no han logrado disminuir las diferencias relativas de sus PIB
por habitante con los de los países avanzados; y ocho han sido fracasos
absolutos porque no han logrando superar el nivel del PIB que tenían en
1989, los ocho estuvieron envueltos en conflictos armados
internacionales o civiles.
Asimismo, utilizando el índice Polity IV sobre el régimen político, que
tiene una escala de 10 ("completa democracia") a -10 ("autocracia"),
para los 29 países poscomunistas, en 2013 veinte mostraron valoraciones
de 6 o más, el umbral para ser considerados democráticos, seis de ellos
tuvieron la máxima estimación de 10. Otros seis mostraron tipificaciones
negativas, son autocracias y otros tres tuvieron clasificaciones de 4 o
5 y se consideran "anocracias" o estados con tipologías mixtas de
democracias y autocracias. El promedio de los 29 países es de 5.21 que
los identifica como anocracias y muestra que los promedios son impropios
para grupos tan heterogéneos. Solo como referencia, Cuba tiene una
clasificación de -7, o sea es una autocracia.
(2) Morris sostiene que Cuba tuvo un estelar ajuste y recuperación
después de 1989 que le permitió preservar las características básicas
del sistema socialista real (la propiedad estatal de los medios de
producción y las decisiones administrativas para coordinar la
económica), a la vez que mantuvo el nivel de los gastos sociales y el
pleno empleo, por lo que el ajuste no afectó mayormente a la ciudadanía.
Para ello movilizó nuevos recursos externos como el turismo, las remesas
familiares, la inversión extranjera, y, en años más recientes la
exportación de servicios profesionales y la ayuda venezolana, y se apoyó
en el establecimiento de una tasa de cambio dual que ahora constituye
una singular distorsión y obstáculo y se ha decidido unificar. Cuba,
también, redujo los gastos de inversión.
Concuerdo con Morris que durante los últimos 25 años el gobierno ha
mantenido básicamente inalterado el sistema de socialismo real con el
colectivismo en los medios de producción y el empleo de decisiones
administrativas para la coordinación económica. Los cambios recientes en
el cuentapropismo, la agricultura, la nueva ley de inversión extranjera
y otros han sido menores y no modifican la naturaleza del sistema. Sin
embargo, difiero de Morris de que ello haya sido un logro. Al contrario,
es un impedimento que determina el atraso, la pobreza y la
inflexibilidad de la economía, así como que muchos ciudadanos busquen
emigrar, particularmente los jóvenes, por medios legales o no
convencionales, debido a la falta de oportunidades en la Isla y que la
población se esté reduciendo. Además, parte de los problemas y desafíos
socioeconómicos existentes han sido ocasionados o acentuados por las
erróneas políticas públicas.
Adicionalmente, disiento que mantener artificialmente el pleno empleo
haya sido un logro. Al contrario, es un lastre que explica la baja
productividad de la economía. Ahora uno de los objetivos oficiales es
reducir las nóminas infladas, o el desempleo disfrazado, estimado en un
36 % de la fuerza laboral, porque las empresas estatales que lo
sustentan no son rentables y tienen baja eficiencia. Desde la década de
1990 hasta 2010 el gobierno pospuso la inevitable creación de nuevos
empleos en el sector privado, capaz de desatar una dinámica económica
favorable por dos vías: la expansión del sector privado y el
redimensionamiento de las empresas estatales.
Contrario a lo que Morris señala, el ajuste a partir del periodo
especial sí afectó al trabajador, porque los salarios reales se
redujeron en 2013 al 27 % del nivel de 1989[3] y como Raúl Castro señaló
el 26/07/2007 son insuficientes para cubrir las necesidades básicas. El
gobierno redujo significativamente el ingreso personal disponible en
términos reales del ciudadano vía el impuesto inflacionario en la década
de 1990 y la disminución de los empleados redundantes (o nóminas
infladas) a partir de 2010. Es decir, ha impuesto una draconiana
austeridad restringiendo los gastos de consumo personal.
Los ajustes socioeconómicos realizados para enfrentar la difícil
situación socioeconómica son drásticos y endémicos tratamientos de
choque, aplicados incrementalmente, aunque Morris señale que el gobierno
rechaza de plano ese tipo de ajuste neoliberal.
Según Pavel Vidal, economista no radicado en EEUU, en 1999 los salarios
reales fueron solo el 15 % y las pensiones reales el 23 % de los niveles
de 1989[4]. Vidal señala que Cuba aún no se ha recuperado por completo
del ajuste de los años 1990s y que los salarios reales y las pensiones
reales se han contraído notablemente. La forma en que el gobierno ha
realizado el ajuste ha acentuando el empobrecimiento del ciudadano medio
por el descenso de los salarios reales y las pensiones reales y, desde
2010 por el aumento del desempleo abierto con despidos sin la adecuada
compensación. El ajuste efectuado ha tenido importantes secuelas
negativas sobre el aumento de la emigración y la disminución de la tasa
de natalidad que han determinado que la población cubana se esté
reduciendo. Se está presionado mucho a la ciudadanía, algo cederá o
reventará.
Según las estadísticas oficiales, y contrario a lo que Morris señala, a
partir del año 2008 los gastos sociales de educación, salud, asistencia
social y vivienda están disminuyendo como proporción de los gastos
corrientes en el presupuesto estatal y en relación con el PIB. Esto lo
traté en estas páginas anteriormente, Carmelo Mesa-Lago lo ha ampliado
recientemente y Armando Chaguaceda detalló cómo afecta adversamente a la
población más vulnerable y de menores ingresos en particular[5].
Morris reconoce que Cuba tiene una baja tasa de crecimiento del PIB
determinada porque la economía está descapitalizada. La tasa de
inversión es ínfima, se redujo en más del 85 % entre 1990 y 1993 y
después se ha mantenido muy baja, alrededor del 10 % del PIB en contrate
con un 20 % a 25 % de los países poscomunistas.
En su ensayo Morris incurre en varios errores factuales. Entre otros,
señala que Cuba perdió repentinamente el crédito externo después la
caída de la URSS, cuando ya se había declarado en moratoria de la deuda
externa en 1986; que las movilizaciones de trabajo son voluntarias; que
la infraestructura está sin duda mejor que antes, ignorando obviamente
el deplorable y decadente estado de las redes de acueductos,
alcantarillados, electricidad y el acervo de viviendas que José Luis
Rodríguez reconoció en su reciente entrevista[6]; y que los jugadores de
beisbol van normalmente al extranjero, desconoce que en general salen
como desertores o balseros.
(3) Con base en el análisis resumido en el numeral (2) anterior, Morris
concluye que la experiencia cubana demuestra que el postulado de Kornai
no es válido, o sea que el socialismo real o comunismo no es
parcialmente reformable porque se requieren cambios simultáneos en sus
tres componentes esenciales (régimen político autocrático, colectivismo
y coordinación administrativa de la economía). Las reformas cubanas no
solo se han realizado en los últimos 25 años sino que comenzaron en los
años 1980s, o sea, hace unos 35 años. Entonces se inició la primera
ronda con medidas similares (liberalización agrícola, cuentapropismo,
etc.) a las que se han utilizado desde 2010, así como a mediados de los
años 1990s, lo que comprueba reiteradamente en ese largo plazo que los
cambios marginales en el socialismo real son incapaces e ineficaces para
generar un proceso de crecimiento elevado y autosostenido, tal como
Kornai señaló.
(4) Sobre los cubanólogos Morris corea la posición gubernamental no solo
de descartar sino también de descalificar los puntos de vistas disímiles
sobre las reformas imprescindibles. Así endosa frívolamente la
disolución del Centro de Estudios de América (CEA) en 1996 porque expuso
una posición alternativa a la oficial sobre reformas potenciales al
socialismo con el pretexto de que coincidió con la Ley Helms Burton. Sin
embargo, reconoce que el gobierno se ha visto privado de la necesaria
crítica independiente, lo que a su vez refuta su frecuente reiteración
de que ha existido un amplio y completo debate sobre los ajustes en
Cuba. Morris también ignora que en 1986 el grupo de Humberto Pérez, que
impulsó las primeras reformas dentro del socialismo en la primera mitad
de los 1980s, fue depurado al comienzo del Proceso de Rectificación de
Errores y Tendencias Negativas, proceso que eliminó prácticamente las
reformas socioeconómicas iniciadas en los 1980s, pero que Morris
identifica como una campaña anticorrupción.
Observación final
Morris y José Luis Rodríguez coinciden en que básicamente las
autoridades mantienen el sistema inalterado a pesar de la ralentización
económica y el retroceso en el gasto social. Este inmovilismo unido a la
acentuación de la crisis económica y financiera de Venezuela por la
declinación del precio del petróleo, así como la robusta recuperación de
la economía estadounidense, están acentuando la emigración cubana por
vías legales y no convencionales. La población de origen cubano crece en
EEUU y declina en la Isla. Se requiere un golpe de timón para modificar
esta dinámica.
[1] http://newleftreview.org/II/88/emily-morris-unexpected-cuba
[2] Branco Milanovic, Eastern Europe: For whom the Wall fell? Balance
sheet of the transition to capitalism, http://links.org.au/node/4151
[3] Pavel Vidal, Cuba sin Venezuela,
http://thecubaneconomy.com/wp-content/uploads/2014/02/Vidal-Cuba-sin-Venezuela.pdf,
pp. 7 y 8.
[4] Pavel Vidal, la inflación y el salario real 1989-2006,
http://www.ipscuba.net/index.php?option=com_k2&view=item&id=9282:la-inflación-y-el-salario-real-1989-2006&Itemid=8
[5] Rolando Castañeda, El deterioro social en Cuba,
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-deterioro-social-en-cuba-320516;
Carmelo Mesa-Lago, La reforma de la economía cubana: secuencia y ritmo,
http://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/la-reforma-de-la-economia-cubana-secuencia-y-ritmo/;
y Armando Chaguaceda, Cuba: revisitando la Justicia Social en tiempos de
reforma en Norwegian Institute of International Affairs, Which Way
Cuba?, 2014,
http://english.nupi.no/Publications/Books-and-reports/2014/Which-Way-Cuba
[6]
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/paciencia-un-poquito-mas-de-tiempo-tengan-calma-320975
Source: ¿Es estelar el desempeño socioeconómico de Cuba en los últimos
25 años? - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/es-estelar-el-desempeno-socioeconomico-de-cuba-en-los-ultimos-25-anos-321105
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