jueves, mayo 30, 2013

Se permuta, ¡qué problema!

Se permuta, ¡qué problema!
Miércoles, Mayo 29, 2013 | Por Augusto Cesar San Martin

LA HABANA, Cuba, 29 de mayo de 2013, Augusto César San Martín Albistur/
Desde las cinco de la mañana de ayer, autoridades de gobierno y
policiacas se presentaron en Cárdenas 160 para desalojar a Berta
Sotolongo. Intentan poner fin al litigio de más de un año, provocado por
la corrupción de la estructura administrativa.

Berta Sotolongo Moracén y Rafaela Esther Barrios realizaron la permuta
de sus viviendas sin la autorización requerida para el trámite. La
primera, propietaria del inmueble en la calle Revillagigedo 217; la
segunda, usufructuaria de la vivienda en Cárdenas 160, ambas en la
Habana Vieja.

La legislación vigente no autoriza la permuta de los usufructuarios. El
desconocimiento y la "aprobación verbal" de un empleado del Instituto de
la Vivienda bastaron para el intercambio de moradas, garantizado por la
tramitación legal que sobrevendría después.

Berta cedió a Esther su casa de cuatro cuartos por una de dos. Esther,
en su afán de sacar a su familia de la miseria en que viven en la zona
oriental del país, no pensó dos veces. La oportunidad de traer a una de
sus hijas para la capital era única e irrepetible.

A lo cubano (construir y después pagar la multa), Berta construyó una
placa intermedia para compartir la vivienda con sus nietas. Por su
parte, Esther trajo a su hija y comenzó la división de la casa.

Cuando la armonía reinaba en el pacto de las vecinas, las obras de
construcción deterioraron la estructura del inmueble provocando el
desplome de uno de los cuartos de Revillagigedo. Tres meses le bastaron
a Esther para retractarse de la permuta, y en el transcurso de las
reclamaciones se derrumbó el techo de otro cuarto.

Berta Sotolongo en Cárdenas 160_foto Augusto César San Martín

Cuando comenzó el litigio jurídico, ambas familias fueron declaradas
ilegales en las residencias que ocupan. El Instituto de la Vivienda les
impuso una multa de mil pesos y ordenó un plazo para la restitución de
los inmuebles a sus antiguos residentes.

Una casa sin techo y otra reconstruida iniciaron el conflicto de dos
familias que durante un año intercambian agresiones, amenazas y
encarcelamientos. El hijo de Esther fue sancionado a un año de privación
de libertad por amenazar de muerte a una de las nietas de Berta.

Esther fue acusada de difamación por el funcionario de la vivienda, que
ella culpa de autorizar la permuta. El canal Habana de la televisión
respondió a su demanda recomendando acudir a los órganos de gobierno
local. Las autoridades la exhortan a invadir su propiedad como solución
del problema que no resolvía mediante los organismos estatales

Berta desde su morada, casi sin poder caminar debido a úlceras en las
piernas, alega que "sólo muerta sale de la casa". Ella no se niega a
regresar a su vivienda pero exige las mismas condiciones que existían
cuando la abandonó. El último dictamen técnico efectuado a la vivienda
en el 2010, declara la estructura de "regular, reparable".

Marieta, nieta de la señora Sotolongo, prefiere "quemar la casa,
destruirla, antes de ceder al desalojo". Expresa que "defiende los
gastos de las reparaciones en la nueva casa". Por su parte, el hijo de
Esther, promete superar las acciones si la familia de Berta no es
desalojada durante las próximas horas.

Desde antenoche, la familia Sotolongo clausuró la puerta de entrada.
Apostados dentro de la vivienda, tres mujeres y dos niños se dispusieron
a defender sus inversiones. Mientras, la familia de Esther aguardaba
para ocupar la vivienda.

Así se mantuvieron hasta que las autoridades a cargo pactaron conversar
sin presiones. Los argumentos de la familia Sotolongo produjeron un giro
al problema. Se realizará una investigación sobre el deterioro del
inmueble de Revillagigedo para que los actuales moradores reconstruyan
los daños ocasionados por los derrumbes.

Nada compone los males causados a las dos familias, cuya culpabilidad
radica en su afán de sobrevivir. Ni la identificación de los
funcionarios corruptos, multas o desalojos. La emigración hacia la
capital, el déficit de viviendas y el deterioro de las existentes, la
corrupción administrativa y el desorden, son las principales causas que
provocan situaciones como esta.

http://www.cubanet.org/noticias/breves-destacados/se-permuta-un-problema-2/

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