Lázaro Saavedra y el verdadero arte de vanguardia
Su más reciente exposición refleja la realidad cubana como una
consecuencia de desastrosos errores "históricos"
miércoles, febrero 24, 2016 | Ana León
LA HABANA, Cuba.- "Base/Superestructura" es el título de la más reciente
exposición del artista plástico y Premio Nacional de Artes Plásticas
2014, Lázaro Saavedra. La muestra, que ocupa todas las salas expositivas
del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, fue inaugurada el pasado
15 de febrero con una variedad de obras materializadas sobre las
inquietudes conceptuales que han sido constantes en la extensa y
reconocida trayectoria de este creador.
Lázaro Saavedra es uno de los sobrevivientes –física, espiritual y
culturalmente hablando– de aquella generación de artistas que, en la
década del ochenta, removió las rígidas estructuras de la institución
Arte en el marco del Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias
Negativas, para formar parte del llamado Renacimiento del Arte Cubano.
Tras la estela de aquel paradigmático grupo que, bajo el nombre "Volumen
1", hizo tambalear por primera vez el cadalso sobre el cual habían sido
sacrificados –durante tres décadas– la libertad de creación y el
pensamiento crítico, el joven graduado del Instituto Superior de Arte
configuró su camino artístico de cara a las contradicciones ideológicas
y socioculturales de la Cuba contemporánea.
Independiente y tenaz, defensor convencido de las ideas de Joseph Beuys,
Lázaro Saavedra esbozó, desde su obra iniciática "Detector de
Ideologías", los presupuestos estéticos que regirían su quehacer hasta
la actualidad. Entre sus muchas virtudes como creador destaca la
capacidad de discursar y polemizar a través de un arte que rehúye la
"metatranca", signado por la pluralidad de soportes, formatos y una
hilarante mordacidad para abordar aquellas cuestiones que ocupan,
angustian y amenazan al cubano de hoy.
Atento siempre a los vaivenes de la política cubana, acentuados tras la
reanudación de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, Lázaro
Saavedra coloca a disposición del público en la recién inaugurada
exposición, obras que reflejan la realidad insular como una consecuencia
de desastrosos errores "históricos"; el sistema de antivalores sobre el
cual se construye la Cuba del mañana; los inescrupulosos cabildeos al
interior de la institución Arte en la Isla; y el agónico ideal de
independencia que fuera defendido a filo de machete en las gestas
libertarias del siglo XIX. Como eje fundamental de su discurso escogió,
ni más ni menos, a Elpidio Valdés: uno de los leit motiv del patriotismo
antillano.
El valeroso mambí, convertido en metáfora visual del desencanto, la
perplejidad, la conformidad y hasta el oportunismo, es el código más
eficaz para ilustrar el fracaso de una ideología que, de tanto satanizar
al capitalismo "cosificador e inhumano", ha moldeado una sociedad
orwelliana, atenta al dinero y al consumo con el afán devorador típico
de quienes han pasado su vida anhelando lo que otros tienen, por trivial
que sea.
Buena parte de las obras registradas en las imágenes pueden ser
apreciadas en el proyecto "Galería E-mail", plataforma online que recoge
esos bocetos de aliento infantil cargados con el drama de todo un país.
Pero otras piezas, como la video-instalación titulada "Progreso de una
nación", ameritan ser observadas en vivo. Para facilitar un poco al
lector la apreciación de una muestra que ha venido a dinamizar el
tedioso circuito expositivo de la capital, nótese que el paño donde ha
sido proyectado el vídeo, es la última prenda en una tendedera
abarrotada de ropa vieja y ajada. Las interpretaciones de este mensaje
audiovisual –y de la exposición en su totalidad– serán más ásperas
cuanto mejor se conozca la sociedad cubana en los tiempos que corren,
así como la tendencia del gobierno cubano a depender del mecenas de
turno, sea Rusia, China, Venezuela o Estados Unidos.
"Base/Superestructura" es, en esencia y proyección, un modelo de arte
contemporáneo; una mirada honesta sobre Cuba, sin mariposeos ni
concesiones. Una parte de la naturaleza irreverente y crítica de Lázaro
Saavedra debería guardarse –al ciento por ciento– en un frasco para
rociar con ella cada rincón de la Facultad de Artes Plásticas del ISA,
con la esperanza de que los egresados conozcan lo que vale una
producción plástica incisiva y franca, aislada de la retórica vana que
solo sirve para confundir y desinteresar incluso al público especializado.
Durante cuatro años consecutivos, el Centro de Arte Contemporáneo
Wifredo Lam presentó a Lázaro Saavedra como candidato para obtener el
Premio Nacional de Artes Plásticas; pero no fue hasta el cuarto intento
que su propuesta generó una decisión positiva. Sin intención de
menoscabar el merecimiento de laureados anteriores, es criterio de esta
autora que, al honrar a este carismático mercenario del conceptualismo,
el máximo reconocimiento concedido a los artistas plásticos cubanos,
finalmente se ha justificado a sí mismo.
Source: Lázaro Saavedra y el verdadero arte de vanguardia | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/lazaro-saavedra-y-el-verdadero-arte-de-vanguardia/
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