ALEJANDRO ARMENGOL: Bienvenido Mr. Obama
Poco nos queda, más que analizar el viaje del presidente Obama a Cuba en
clave de película
En la isla esperarán a Obama con igual o mayor ilusión que en la España
de Franco a "Mister Marshall"
Washington ha demostrado una falta total de imaginación hacia Cuba
ALEJANDRO ARMENGOL
Bienvenido, Mister Marshall o Nuestro hombre en La Habana? Al ritmo que
van las cosas, poco nos queda, más que analizar el viaje del presidente
Barack Obama a Cuba en clave de película. Otros códigos se agotan: basta
con mirar a sus dos visitas a Birmania.
Un avance para los no cinéfilos. Bienvenido, Mister Marshall (1953) es
un filme español de Luis García Berlanga, que presenta las ilusiones de
los residentes de un pueblo de Soria ante la supuesta visita de los
"americanos", encargados del Plan Marshall en Europa.
Para asegurarse de no ser abandonados en su reclamo, los sorianos no
encuentran nada mejor que disfrazarse de "españoles", con la ayuda y el
beneficio de unos cómicos de la legua.
Al final la caravana estadounidense pasa sin detenerse en el pueblo y
sus habitantes se quedan igual o peor que antes: más desesperanzados y
con pérdidas adicionales: el Plan Marshall nunca se extendió a España.
En Nuestro hombre en La Habana (1959), del británico Carol Reed, un
inglés vendedor de aspiradoras se dedica a un espionaje que no lo es
tal: sus planos secretos de bombas no son más que simples diagramas de
aspiradoras. Al final triunfa el sarcasmo sobre la guerra fría y el
fraude se convierte en una forma de justicia.
Todo indica que en la isla esperarán a Obama con igual o mayor ilusión
que en la España de Franco a "Mister Marshall". Una ilusión no del todo
injustificada, solo que distinta a la de Miami. La Leyenda del Gran
Inquisidor, la dicotomía entre seguridad y libertad, vuelve una y otra
vez en el caso cubano. En Washington y en La Habana.
Muy bonito estar en esta ciudad y hablar de libertad, mientras se paga
la cuenta de Publix; algunos pueden quedar satisfechos tras repetir
lamentos como antes consignas; otros mostrarse contrariados por el fin,
no solo de un espejismo del pasado sino de una visión de futuro; unos
terceros, en fin, contemplar cada vez más en entredicho su modus
vivendi. Pero nada de ello impedirá el continuo avance de una situación
que no se define en los términos simples de inmovilidad, cambio,
herencia y hundimiento.
Sin embargo, aunque un "Mister Obama" pueda resultar más conveniente
para los cubanos que la caravana de automóviles que deja a los españoles
polvorientos y desconsolados en el filme de Berlanga, ello no resuelve
las reticencias ante el engaño y el temor al fraude: ¿hasta dónde puede
transformarse la situación cubana y no quedarse en otro cambio cosmético
de ocasión?
Por ello viaja Obama a Cuba. Para intentar al menos que no le vendan
diseños de aspiradoras como planos secretos. Porque en última instancia
no importa la nacionalidad del pillo: la picardía es contagiosa en la isla.
¿Lo logrará? Aún no hay respuesta definitiva. Solo apuntar que el viaje
no constituye reto alguno. No para Obama (It's a tiny little country) ni
para Raúl Castro, que lo tiene todo asegurado para el inicio y fin de su
legado: ¡Ahora sí vamos a construir el poscastrismo!
Washington ha demostrado una falta total de imaginación hacia Cuba, y ha
buscado aplicar allí lo que triunfó en otra parte. Siempre sin éxito. Al
derrocamiento de Jacobo Árbenz, la desaparición del campo socialista y
la Primavera Árabe ―para citar algunos ejemplos―, se sucedieron las
versiones isleñas de Bahía de Cochinos, el movimiento disidente y los
planes de la USAID. Así que si de algo se puede acusar al Presidente, es
de guiarse por el libro (¿de la CIA?).
Ahora Obama intenta reproducir en el trópico sus viajes a Birmania. Pero
queda una pregunta: ¿dónde está la Aung San Suu Ky cubana?
Escritor cubano radicado en Estados Unidos. Director editorial de
Cubaencuentro.com.
Source: ALEJANDRO ARMENGOL: Bienvenido Mr. Obama | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/alejandro-armengol/article61375732.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario