martes, diciembre 04, 2012

El tren Habana-Santiago en tres tiempos

El tren Habana-Santiago en tres tiempos
Martes, Diciembre 4, 2012 | Por Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Resulta muy recurrente en
Cuba una frase que indica que los negocios estatales se comportan como
los malos perfumes: no tienen un buen fijador. Es decir, que
generalmente empiezan bien, pero con el paso del tiempo naufragan en
medio de la desidia y el mal servicio. Esa es la razón por la que cada
vez que se inaugura un restaurante, una cafetería, una heladería, o
cualquier otro tipo de servicio a la población, las personas tratan de
visitarlos cuanto antes, convencidas de que a los dos o tres meses ya
nada será igual. Por supuesto que el servicio de trenes que cubre el
itinerario entre La Habana y Santiago de Cuba no tendría por qué ser la
excepción.

A finales de los años noventa se anunció el inicio de un servicio
ferroviario especial entre las dos ciudades más importantes de la isla.
Se trataba de coches modernos, veloces y dotados de una infraestructura
que garantizaba la adecuada atención a los viajeros. Solo tendría dos
paradas en su recorrido, en las ciudades de Santa Clara y Camagüey, y
por tanto el tiempo de la travesía se calculaba en 13 horas, recorrido
que los ómnibus cubrían esa ruta en algo más de 15 horas. Y tanto
confiaban los dirigentes del sector ferroviario en que lo anterior se
cumpliera, que establecieron un pago de indemnización a los viajeros si
el trayecto excedía de las referidas 13 horas. Además, había una
"merienda reforzada", la que podía solicitarse en cualquier momento del
viaje.

Lógicamente, los usuarios respiraron con alivio al suponer que quedaba
atrás el viejo servicio, plagado de ineficiencias y maltrato a los
viajeros. Pero…

En el año 2003, por motivos de trabajo, viajé por ferrocarril a la
ciudad de Santiago de Cuba. Tardé alrededor de 14 horas en llegar a mi
destino, y no recibí indemnización alguna. Al comenzar el viaje, la
ferromoza me anunció que cogiera la merienda en ese momento, pues ella
no podía garantizármela si la solicitaba más tarde. Y lo peor sobrevino
debido a la desorganización e inseguridad en los coches. Tanto en Santa
Clara como en Camagüey subió al tren una gran cantidad de personas
vendiendo una infinidad de alimentos ligeros; pero no solo con ese
objetivo, sino que, y ese era el comentario generalizado de los
pasajeros, al menor descuido cargaban con cualquier equipaje que no
estuviese resguardado. Se comprenderá la zozobra que semejante situación
ocasionaba en los viajeros. Sin embargo, los momentos más críticos de
los trenes Habana- Santiago estaban aún por llegar.

No hace mucho salió a la palestra la denuncia de un viajero sobre
irregularidades acaecidas en los trenes que prestan el servicio que
comentamos. Refiere el denunciante que el pasado 11 de agosto, cuando se
dirigía desde la capital hacia la ciudad del Oriente cubano, les
comunicaron a los pasajeros, a la altura del poblado de San Luis, no muy
lejos de Santiago, que la locomotora se había quedado sin combustible, y
había que esperar por otra para que remolcara al resto de los coches. A
la postre, la locomotora remolcadora, procedente de Santiago, arribó
hora y media después, con el consiguiente perjuicio para los viajeros.

La propia persona cuenta que, unos días después, el siete de septiembre,
lo mismo le sucedió a la locomotora que rendía el trayecto Habana-
Santiago. Pero esta vez el remolcador llegó cuatro horas después de que
se hubiese acabado el combustible. Durante toda esa espera, los
pasajeros de los 12 coches no contaron con ninguna posibilidad de
mitigar el hambre y la sed, ya que en la única toma de agua accesible,
el líquido no era potable.

Como puede apreciarse, en Cuba el buen fijador es casi coto exclusivo de
exquisitos perfumes. Por cierto, muy caros e inalcanzables para el
bolsillo del ciudadano promedio.

http://www.cubanet.org/articulos/el-tren-habana-santiago-en-tres-tiempos/

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